Rihanna, Madonna y los que plagian en sus videoclips
Decía Picasso: “los grandes artistas copian, los genios roban”. Pues parece que en el mundo de los videoclips musicales hay genios a patadas
El clip Hotline Bling, lo último del rapero canadiense Drake que está arrasando en Estados Unidos, se parece tanto a las obras del artista James Turrell que resulta difícil creer que aún no lo hayan denunciado.
Todo empezó hace casi dos años. Drake vio en el Museo LACMA de Los Ángeles una exposición de Turrell, famoso por sus habitaciones vacías iluminadas de diferentes colores, y debió de pensar: “Esto lo tengo que usar en uno de mis vídeos”. Sin embargo, cometió tres errores garrafales. Primero: no pedirle permiso al autor. Segundo: ser tan ingenuo de creer que, como él no conocía la obra de Turrell, nadie más sabría de su existencia y colaría como idea original suya. Y tercero: presumir de cultureta más de la cuenta en Instagram colgando fotos en las que sale haciendo posturitas durante su visita a la exposición. Ahora son la prueba irrefutable de que ya sabía de la obra del artista en un posible juicio por plagio contra él.
Por si fuera poco, también se las dio de entendido hace unos meses en una entrevista para la Rolling Stone donde dijo: “Me follo a Turrell”. O lo que, traducido de su jerga de rapero millonario malote, significa que le gusta mucho. De momento el artista afectado se lo ha tomado con humor: “Aunque me siento verdaderamente halagado de saber que Drake f*lla conmigo, me gustaría dejar claro que ni yo ni ninguno de mis males [sic] ha participado de ninguna manera en la elaboración del video Hotline Bling”.
El principal responsable del clip, el famoso Director X, ha negado el plagio en una entrevista: “Por supuesto que estoy familiarizado con el trabajo de Turrell, es un genio. Pero si ves lo que he hecho anteriormente, este es mi estilo”.
Rihanna, reina del robo
La moda de incluir obras de arte en los videoclips empezó como una forma de homenajear a pintores conocidos, pero en los últimos años a algunos, como a Rihanna, se les ha ido de las manos. En el videoclip de Rude Boy (2010) utiliza descaradamente obras de Jean Michel Basquiat, Andy Warhol y el grafitero Keith Haring. Para unos es una simple muestra de admiración a estos maestros del arte pop, pero para otros se trata de una apropiación indebida de su estética con el objetivo de ganar dinero.
Como nadie protestó, al año siguiente la cantante de Barbados hizo lo mismo con David LaChapelle en S&M. Sin embargo, esta vez el fotógrafo sí lo denunció. “No es personal, sólo negocios”, declaró el artista. “Los músicos normalmente pagan por usar canciones de otros. Debería ocurrir lo mismo cuando utilizan obras de artistas visuales”. Al final las dos partes llegaron a un acuerdo económico secreto para evitar el juicio.
Madonna vs. Guy Bourdin
Lo mismo le pasó a Madonna, que fue demasiado lejos en su homenaje al fotógrafo Guy Bourdin, maestro de la provocación sexual. Prácticamente cada plano de su video clip Hollywood es una copia de diferentes fotos del artista, por lo que el hijo puso una demanda en nombre de su progenitor ya fallecido: “Una cosa es inspirarse y otra muy diferente plagiar el alma del trabajo de mi padre”. No se hizo público cuánto pagó Madonna para no ir a los tribunales, pero la petición inicial era de más de medio millón de euros.
Somebody that Gotye used to know
¿Que habría sido del video más famoso de Gotye si Jean Metzinger no hubiera creado sus cuadros cubistas un siglo antes? Los herederos del pintor francés, para muchos el fundador teórico del cubismo, no protestaron oficialmente. El paso del tiempo y la asimilación de la corriente artística en la cultura popular hace casi imposible juzgar como plagio esta “actualización” visual de su estilo.
Los puntos de Nicki Minaj
Nicki Minaj tiene suerte de que la artista japonesa Yayoi Kusama viva desde hace años interna en un hospital psiquiátrico y se preocupe muy poco de lo que pasa en el mundo exterior. De lo contrario, seguro que la habría llevado también a juicio por calcar sus característicos puntos de colores en el video The Boys. Louis Vuitton ya usó la estética de Kusama en toda una línea de bolsos, zapatos y complementos, pero tuvieron la delicadeza de pagarla por ello.
Pharrell Williams y Murakami
El único músico que ha sido honesto es Pharrell Williams que, consciente de que lo barato al final puede salir caro, contrató directamente a Takashi Murakami para que le animara el vídeo It Girl. Ha tenido que tirar de cartera porque el rey actual del arte pop no es precisamente barato, pero al menos se ahorrará muchos disgustos en los tribunales.
¿Plagio “subliminal”?
Es la última modalidad de esta corriente de homenajes sospechosos: aquí el presunto plagio aparece tan rápido y en segundo plano que hace falta mucha habilidad visual para captarlo. La maestra de esto es Megan Trainor, que llena sus videoclips de buen rollo popero gracias a sus livianas referencias a Dalí y otros pintores menos famosos?
Pero sin duda la referencia artística más oculta de los últimos tiempos aparece en el vídeo Ghost de Ella Henderson. Apenas un segundo es suficiente para versionar el célebre cuadro ‘Ofelia’ del pintor prerrafaelita John Everet Millais. Y de nuevo surge la duda: ¿homenaje o plagio?
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