Sindicalismo
Todos los líderes políticos, salvo Mariano Rajoy, abogan por una pronta reforma constitucional que contemple, entre otras cosas, el blindaje del Estado de bienestar, la organización territorial o la laicidad. Sin embargo, nadie habla de remozar un pilar esencial: el constitucional y fallido modelo organizativo sindical y empresarial. Con bajo reconocimiento público, escasa transparencia, alejados de sus bases, financiados indirectamente con fondos públicos, languidece. Y su fortaleza es básica para el sistema. Habría que conjugar la libertad sindical con la cotización obligatoria de empresas y trabajadores; también sería necesario reforzar la fiscalización de sus cuentas por el Estado y fijar mecanismos de democracia interna participativa y de remoción periódica de sus cargos. Imprescindible.— Joan V. Llàcer Mont.
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