La farsa de la lucha contra el trabajo infantil en India
Las medidas en el país asiático para la erradicación de la explotación de menores en el año 2025 abren la puerta a que el problema se perpetúe pues se permite el trabajo familiar
Sumaila, de 13 años, no tiene tiempo para ir al colegio. Trabaja con su madre en su casa de una sola habitación desde las seis de la mañana hasta las once de la noche pegando cuidadosamente diminutas y falsas piedras preciosas sobre telas para una fábrica de ropa cercana. "No me gusta hacer este trabajo. Me daña la vista y tengo las yemas de los dedos doloridas", se lamenta Sumaila sentada con las piernas cruzadas sobre el suelo de un centro para niños trabajadores que gestiona una organización benéfica en el suburbio de Madanpur Khader, al sur de Nueva Delhi. "Pero si no lo hago, mi madre se enfada. Me dice que si no conseguimos terminar todo el trabajo, no podremos comer".
La situación difícil que vive Sumaila es la misma que padecen millones de niños trabajadores en todo el mundo. Los líderes mundiales se comprometerán este mes a poner fin al trabajo infantil en 2025, como parte de los Objetivos de desarrollo sostenible (ODS) que marca la ONU para mejorar la vida de los más pobres.
Sin embargo, la promesa de acabar con el trabajo infantil ha sido tildada de farsa por los activistas en India ya que el gobierno del primer ministro Narendra Modi planea que los niños menores de 14 años puedan trabajar para sus familias, algo que imposibilitará cumplir con dicho objetivo. "Estamos haciendo una labor importante a escala internacional para acabar con el trabajo infantil y, sin embargo, en nuestro país estamos diciendo que los niños que colaboran en un negocio familiar no entran en ese acuerdo", afirma Prabhat Kumar, responsable del programa de protección infantil de Save the Children en India. "No podremos cumplir con el objetivo fijado por los ODS porque cambiar esta ley los contradice".
Promover el espíritu emprendedor
A lo largo de la última década, en India se han realizado considerables avances para frenar la explotación laboral infantil. Se han introducido leyes para proteger a los niños y garantizar su escolarización, y se han diseñado planes de prestaciones sociales.
Los datos censales muestran que en 2011 había 4,35 millones de niños trabajadores con edades comprendidas entre los 5 y los 14 años frente a los 12.66 millones de hace una década. Unas cifras que, según aseguran los activistas, están por debajo de la realidad.
De acuerdo con un informe de febrero de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de los 168 millones de niños trabajadores que hay en el mundo con edades entre 5 y 17 años, 5,7 millones están en India. Más de la mitad de los niños trabajan en la agricultura recogiendo algodón y caña de azúcar, y en los arrozales donde a menudo están expuestos a pesticidas y al riesgo de sufrir heridas como consecuencia del uso de herramientas afiladas y pesados equipos. Una cuarta parte de ellos trabaja en empresas de manufactura, hacinados en habitaciones sin apenas ventilación y pobremente iluminadas situadas en los barrios más pobres, bordando telas, tejiendo alfombras, haciendo cerillas o enrollando cigarrillos bidis. Los niños también trabajan en restaurantes y hoteles, lavando platos y cortando verduras. O barriendo y fregando suelos en hogares de familias de clase media.
En mayo, el gobierno de Modi aprobó una serie de medidas para reforzar una antigua ley de hace 30 años que prohíbe a los niños menores de 14 años realizar 18 tareas peligrosas y trabajar en 65 tipos de empleos entre los que se incluyen la minería, la fabricación de cemento, el tallado de piedras preciosas y el tejido de alfombras a mano. De ser aprobada por el parlamento, los cambios introducidos prohibirán el trabajo infantil en todos los sectores y se impondrán sanciones a los infractores.
De los 168 millones de niños trabajadores que hay en el mundo con edades entre 5 y 17 años, 5,7 millones están en India
Con todo, la ley presenta algunas excepciones. Los niños que ayuden a sus familias en negocios familiares pueden trabajar fuera del horario escolar, y los que colaboran en actividades de ocio y deportivas pueden trabajar siempre que no afecte a su educación.
El gobierno dice que las excepciones tienen como objetivo lograr un equilibrio entre la educación y la realidad socioeconómica de India. “En un gran número de familias, los niños ayudan a sus padres en actividades como agricultura, artesanía, etc. Así que, mientras colaboran con sus padres, los niños aprenden también los conceptos básicos de esas actividades”, afirmaba un comunicado del gobierno del pasado mes de mayo.
El gobierno aprobó además sanciones más duras para los empleadores, con penas de cárcel de hasta dos años y multas de 50.000 rupias (750 euros) para los que incumplen la ley por primera vez. Sin embargo, los cambios librarían de multas a los padres por delitos cometidos por primera vez.
Un funcionario del Ministerio de Trabajo, que pidió no ser identificado, asegura que esta reforma busca promover el espíritu empresarial y poner fin a los trabajos tradicionales. “Las familias pueden contar con la ayuda de sus hijos en el negocio familiar solo cuando salen de clase”, afirma el funcionario. “Permitir que los niños ayuden a sus padres en el negocio familiar también proporciona a los niños conocimientos y aptitudes, sirve de ayuda para el niño así como también para los padres más pobres”.
Trabajadores ocultos
En la primera planta de un edificio en ruinas en un dédalo de callejuelas estrechas que conforman el barrio marginal de Madanpur Khader, cerca de 30 niños trabajadores con edades comprendidas entre los 6 y los 14 años se reúnen para aprender matemáticas, inglés y recibir lecciones de hindi en un centro financiado por Save the Children India. Los niños, la mayoría de ellos pertenecientes a familias de emigrantes que se trasladaron a la capital durante la última década, forman parte de una mano de obra oculta que trabaja para las numerosas pequeñas empresas situadas en la zona industrial de Okhla, a pocos kilómetros de distancia.
La mayoría de ellos nunca han ido a la escuela. En lugar de quedarse en casa con sus madres y hermanos, ponen piedras de plástico sobre cuellos y puños y cortan los hilos sueltos de vaqueros y vestidos. Los niños hablan entusiasmados acerca de su sueño de ir al colegio, y enumeran nerviosos la lista de sus profesiones favoritas, desde oficial del ejército hasta mujer policía.
Pero algunos de ellos también hablan de las largas horas que pasan trabajando, del dolor de espalda a causa de las malas posturas, de sus dedos dañados y de la pérdida de visión que les causa el trabajo. “Mis padres no me obligan. Lo hago porque tengo que ayudarles a cuidar de mí, de mis hermanos y hermanas. Si yo no lo hago, ¿quién lo hará?, se pregunta una niña que aparenta 11 años y lleva una melena corta y despeinada.
Según el informe de la OIT, el 54% de los niños trabajadores de India de entre 7 y 14 años de edad trabajan sin cobrar dentro de la unidad familiar y en trabajos de este estilo.
Con la aplicación de la nueva ley se producirá de hecho un vacío legal que dejará fuera a más de la mitad de los niños trabajadores de India, aseguran los activistas. También podría favorecer la entrada de más niños en la economía sumergida y animar a las pequeñas empresas a subcontratar el trabajo a las unidades familiares, advierten. No solo será imposible controlar las horas y el tipo de trabajo que realicen los niños en casa, sino que los empleadores se aprovecharán de la definición poco clara de “familia” porque muchos niños son inmigrantes y no tienen documento de identidad, añaden.
Incluso si los niños van al colegio, la investigación llevada a cabo demuestra que un gran porcentaje de los que trabajan y reciben educación a tiempo completo, acaban abandonando los estudios debido al cansancio que acumulan, aseguran los expertos.
Panudda Boonpala, directora de la OIT en India, cree que permitir el trabajo infantil en los negocios familiares es un tema que exigía un debate más a fondo. “Si se permiten los trabajos ligeros, es muy importante hacer un seguimiento para ver cómo se aplica la ley. Cualquier ley sobre el trabajo infantil debe establecerse en su contexto”, declaró a la Fundación Thomson Reuters. “Si existe la posibilidad de que se abuse de una cláusula, entonces es muy probable que pueda dar lugar a que se produzcan abusos, por lo que dicha ley no actuará para proteger a los niños”.
Edición (de la versión original) de Katie Nguyen.
Traducción de Virginia Solans.
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