Examinarnos de ciudadanía
Los partidos políticos son instrumentos de participación política democrática. Los ciudadanos, y sobre todo sus militantes, tienen la obligación de vigilarlos y controlarlos para que cumplan adecuadamente. Criticar y denunciar sus malas prácticas y la corrupción es un deber de todos. La suciedad de conducta de una organización no se compensa con lo mal que lo hace otra. El “y tú más”, esconder a los corruptos propios, no tomar medidas con el pretexto de la presunción de inocencia, además de poner obstáculos a las investigaciones, son las maneras de no corregir el mal comportamiento en perjuicio del sistema democrático y de todo el país. Hay que añadir la corrupción que supone la falta de lealtad institucional, utilizando el poder otorgado en las urnas para provecho propio. No podemos refugiarnos en nuestro partido como si se tratara de una peña futbolística.— Maximiliano Lasén Paz.
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