El talento emergente se abre paso
Barcelona Designers Collective inaugura su segunda edición con 50 nombres emergentes de la escena barcelonesa (y alrededores)
El apoyo al talento emergente es una carta que se juega muy frecuentemente pero que, de forma todavía más frecuente, acaba en farol. ¿Cuántas son las iniciativas que, tras anunciar su intención de sacar a relucir los valores emergentes de una escena (de música, de arte… de moda, claro), no saben hacer llegar estos valores a un público realmente amplio? ¿Cuántas de estas iniciativas se quedan en una endogamia de palmaditas en la espalda y de círculos reducidos?
Muchas. Demasiadas. Por eso mismo resulta interesante el hecho de que se acabe de inaugurar la segunda edición de Barcelona Designers Collective, la aventura compartida por el FAD y La Roca Village (uno de los nueve Villages europeos de The Village Collection by Value Retail). Es este un proyecto que, como muchos otros, juega la carta del talento emergente: una apuesta por el diseño independiente con vocación comercial, por la autoedición y la marca propia de diferentes perfiles entre los que se encuentran profesionales a medio camino entre los inicios de su carrera y su consolidación o profesionales vinculados tanto a Barcelona como su entorno.
Moda, diseño gráfico, ilustración, diseño de producto, arte, artesanía, joyería contemporánea… Barcelona Designers Collective aboga por la multidisciplinareidad que, al fin y al cabo, es el signo de la creatividad del siglo XXI. Y lo hace partiendo de un panel de expertos presidido por Nani Marquina (a su vez presidente de FAD), con la participación especial de Fern Mallis (creadora de la New York Fashion Week y personaje capaz de demostrar que el término “gurú” no está para nada desfasado) y con la concurrencia de otros profesionales como el fotógrafo Manuel Outomuro, el creativo Toni Segarra, el empresario joyero Juan Oliveras Bagués, el arquitecto Juli Capella, el ilustrador Conrad Roset, el diseñador de moda Josep Abril y el también diseñador Pablo Erroz (que, de hecho, fue uno de los talentos emergentes seleccionados en la primera edición).
Ellos han sido los encargados de seleccionar a partir de un total de 500 propuestas los 50 nuevos valores que forman parte de la segunda edición de Barcelona Designers Collective, con casi 200 productos que pueden comprarse en la pop-up boutique de La Roca Village desde el pasado 1 de octubre hasta el próximo 8 de noviembre. El formato ya se ha probado más que exitoso tanto en la primera edición de la iniciativa catalana como en sus equivalentes tanto en Fidenza Village (Milán) como en Bicester Village (Londres).
Y precisamente el 1 de octubre se dio el pistoletazo de salida a Barcelona Designers Collective en un evento de apertura de la boutique en el que hicieron acto de presencia no sólo parte del panel de expertos, sino también Nani Marquina y Fern Mallis, quien afirmó entender por fin gracias a este evento "por qué todos sus amigos están enamorados de la Ciudad Condal". Los que no faltaron fueron, además del cava inaugural, algunos de los talentos emergentes seleccionados y dispuestos en una boutique que puede verse como delicioso placer culpable o como enclave pluscuamperfecto para solventar la papeleta de los regalos navideños.
Una de las grandes protagonistas de Barcelona Designers Collective es, como no podía ser de otra forma, la moda barcelonesa, que abarca un amplio abanico de emergencia que va desde jefas asentadas como Krizia Robustella y Txell Miras hasta nuevos talentos ligados al FAD como Enric Martí, Inc o Natalia Rivera, pasando por sorpresas gratificantes como las de Hunch, Paloma Wool, el tricot de Samuel Alarcón o los complementos de Ölend. Y si las perchas de la pop-up boutique acaparan inevitablemente la atención, lo mismo ha de decirse de los prints de muchos artistas del diseño gráfico y la comunicación visual que visten las paredes con sus obras. Se ofrece así una valiosa panorámica de la creatividad gráfica de la Ciudad Condal a partir de la obra de imprescindibles como Alex Trochut (con su sorprendente serie Binary Prints), PeBe (tristemente sin su icónica serie dedicada a los mejores clubs del mundo), Vasava, Brosmind o Hey Studio.
Junto a la moda y el diseño gráfico, otras artes se despliegan en la boutique para definir los contornos de la nueva creatividad barcelonesa en áreas tan significativas como el diseño industrial (con firmas como Art-Tic, Bahí&Güell, Obvious, Orée o Woodys Barcelona), la joyería (Amalia Vermell, Berta Sumpsi, Jordi Aparicio), la artesanía (Julen Ussia, Krasznai, Softheads) e incluso un pequeño pero vibrante corner con publicaciones impresas como Andrómina o Apartamento.
¿Y cómo evita Barcelona Designers Collective que la carta de los nuevos talentos no quede en farol? Muy sencillo: asegurando que todos estos valores emergentes entren en contacto con un público al que difícilmente llegarían desde sus preceptos de DIY y autoedición. En el pasado año 2014, La Roca Village recibió un total de 3,8 millones de visitantes, de los que el 60 % fueron turistas. Se podrá cuestionar el rango de emergencia de algunos valores más asentados que otros (o, por lo menos, se podrá cuestionar desde el flanco de unos medios de tendencias desde los que hace mucho tiempo que se habla de algunos de los nombres seleccionados), pero lo que no se podrá negar es que la pop-up boutique de Barcelona Designers Collective va a ser el mejor escaparate que el diseño y la moda barceloneses podrían tener de cara a Europa. Los autobuses de turistas que desembarcan día sí y día también a La Roca Village (y que suelen sorprender a las almas peregrinas como la de quien escribe) es la mejor forma de poner las cartas boca arriba y dejar al descubierto la mano ganadora.
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