Siguiendo la luz de la tecno-poesía

El estudio Roosegaarde es un laboratorio holandés de diseño social que ha sido ganador de numerosos premios internacionales de innovación teniendo experiencia en desarrollo de proyectos de espacio público en ciudades como Rotterdam, Estocolmo, Singapur y Eindhoven. Su misión es crear tecno-poesía: diseños interactivos que exploren las dinámicas relacionales entre la tecnología, el espacio urbano y los usuarios.

Coincidiendo con el llamado Año Internacional de Van Gogh, conmemorando 125 años de la muerte del pintor (1890- 2015), el estudio Roosegaarde conjuntamente con Heijmans Infraestructure diseñaron en 2014 el Van Gogh-Roosegaarde, un tramo de carril bici - único en el mundo - que todo lo que inspira es diseño e innovación.

Este tramo “Van Gogh-Roosegaarde”, situado en Eindhoven, forma parte de la ruta ciclista “Van Gogh en Brabant”, de donde es originario el artista, uno de los principales exponentes del post- impresionismo.

Esta ruta de 355 Kilómetros fue creada para dar a conocer la región natal del pintor uniendo las localidades de Neuen, Zundert, Tiburg, Etten Leur y Eindhoven. Además, el recorrido se conecta con los famosos Molinos de agua, en Gennep, relacionando varios lugares patrimoniales, de interés turístico y de diseño.

Para Daan Roosegaarde, diseñador del proyecto, el famoso cuadro “La Noche estrellada” de Van Gogh le ha servido como fuente de inspiración para crear lo que él califica como tecnología poética: un tramo de ciclo vía de 600 metros de longitud que consiste en un sistema de iluminación sostenible, autosuficiente e increíblemente mágico.

Este proyecto consiste en una novedosa capa de asfalto, en la que se han incrustado miles de piedras luminiscentes distribuidas de manera espiral, así como también luces LED alimentadas por energía solar. Una tecnología innovadora que permite que éstas se carguen durante el día y emitan luz a medida que va oscureciendo, salpicando luz y color simulando un cielo repleto de estrellas.

Estas minúsculas piedras son las que forman el patrón inspirado por “La Noche estrellada” de Van Gogh (1889) devolviendo a la noche toda la luz almacenada durante el día.

Para evitar un gran impacto con el entorno, la intensidad de la luz ha sido adaptada para no ser demasiado intensa y poder convivir con los animales que habitan en la zona. Además, al incorporar luz en la misma vía, ha favorecido el hecho de no necesitar alumbrado público adicional, haciéndolo un proyecto totalmente autosuficiente.

El carril ayuda a cuidar el medioambiente, genera un método de iluminación innovador mucho más agradable para la vista y el entorno, y establece una conexión con la historia y la cultura del país haciendo que la luz, la energía y la interacción convivan con el paisaje holandés de una manera distinta.

A pesar de que su construcción ha supuesto un coste de 700.000 euros entre distintos gobiernos regionales, el diseñador del proyecto Van Gogh-Roosegaarde expresa que esto ha sido un gran avance tecnológico. Su intención siempre ha sido la de querer crear un lugar en el que la gente experimentara de un modo distinto, combinando la tecnología sostenible con la emoción y las experiencias.

Y así lo ha conseguido, a través de lo que él califica como tecno-poesía.