_
_
_
_
Tentaciones

Mujeres de negro contra la violencia de género

La unión de arte y activismo (o 'artivismo') deja de ser un hecho aislado para convertirse en una nueva forma pública y abierta de denuncia política

Cientos de mujeres yacerán en la calle vestidas de negro en distintos lugares de Europa
Cientos de mujeres yacerán en la calle vestidas de negro en distintos lugares de Europa

Pertenezco a una generación (esa que quedó a caballo entre la X y los millennials) que se socializó políticamente en las manifestaciones masivas. Aquellas durante el secuestro exprés de Miguel Ángel Blanco que no evitaron su muerte, o las que llevaron a la calle a gran parte de ese 90% de población española que estaba en contra de la guerra de Irak en la que, no obstante, acabamos participando a nivel estatal. Un panorama que hace terriblemente complicado creer en la manifestación como herramienta política eficaz, en fin.

Y entonces llegó el 15M, y las asambleas en las plazas, y las mareas. Durante unos años, en Madrid circulaban las bromas sobre el Paseo del Prado, que parecía haberse convertido en una vía peatonal. Una manifestación, al menos, cada tarde. ¿Alguien vio algún cambio? Apareció, y con fuerza, el ciberactivismo; sonadas son las acciones de colectivos como Anonymous. Pero, ¿hay alguna otra vuelta que se le pueda dar a las reivindicaciones? Los colectivos feministas están trabajando en ello con auténtica fruición.

Women in Black, la acción bilbaina con vocación internacional

El pasado 2 de septiembre, mientras se rechazaba en el Senado la Moción por la que se instaba al Gobierno a promover un Pacto de Estado contra la violencia de género, gracias al voto en contra de los 146 senadores del Partido Popular, diversos colectivos se unían al llamamiento de Women in Black, que desde Bilbao convocaba a todas las ciudades del mundo a participar en una performance simultánea. Este 2 de octubre se unen de nuevo 24 ciudades de todo el mundo a esta acción en la que las participantes se tumban sobre la vía pública vestidas de negro, representando los cadáveres de los feminicidios (30 sólo en lo que va de 2015, y eso siguiendo los estrictos criterios que permiten a los casos incorporarse a las cifras oficiales).

¿Y por qué esta forma de protesta? Según María Seco y May Serrano, ideólogas de Women In Black, esta acción nace “por la necesidad de visibilizar y concienciar al mayor número de personas posible”. “Los asesinatos a mujeres se han convertido en una clase de rutina con la que convivimos y la repercusión mediática y política es casi nula. Los asesinatos a mujeres son actos terroristas”, subrayan. Pero, entonces, ¿las manis ya no se llevan? Por supuesto, y de hecho el próximo 7 de noviembre habrá una marcha estatal que culminará en una manifestación en Madrid reivindicando, también, la necesidad de tener en cuenta las violencias contra las mujeres. Pero las protestas políticas se diversifican, en sus temas, y también en sus formas.

Tacones rojos y boas de plumas

No es esta la única performance feminista que se ha realizado recientemente. La artivista Yolanda Domínguez convocó una acción contra la publicidad sexista de una cadena de ópticas en la que numerosas mujeres hicieron aparición en una de sus tiendas, vestidas como las mujeres del anuncio, demostrando lo inadecuado de comparar una óptica y un burdel y el proceso de cosificación de la mujer implícito en este mensaje.

En cuanto a la violencia de género, además de con mujeres de luto, se ha representado también a través de zapatos rojos, “abandonados” en la vía pública, una idea de la artista Mexicana Elina Chauvet para denunciar la situación de violencia que viven las mujeres en Ciudad Juárez y que ha tenido réplica en nuestro país en los últimos meses, coincidiendo con este verano sangriento.

Ahora lo que falta es que se escuche a estas mujeres. Desde luego, no será por falta de creatividad.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_