Mundo sin corazón
Perdimos la vergüenza, la humanidad y nuestra alma. Vivimos con Gobiernos europeos que violan constantemente los derechos humanos, ciudadanos que apoyan la violencia contra la gente que huye de la guerra, políticos que defienden matar porque sí. Hemos aceptado un mundo sin corazón. No solo se ha impuesto este pensamiento único, sino que parece el único válido. ¿Dónde dejamos la educación para el corazón?— Laura Casajus.
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