El caso Ripalda

Hace días se publicó un reportaje en El PAÍS con motivo del 40º aniversario de la muerte de Jesús G. Ripalda. No voy a comentar el relato oficial por respeto hacia su familia. Simplemente describiré asépticamente los hechos.[/TEX_CARTAS] Efectivamente, Ripalda falleció en agosto de 1975, víctima de un disparo policial en una manifestación. De lo publicado se deduce que hay una asunción clara de culpabilidad por parte de un declarante y una corroboración de esa autoría por parte del resto de testimoniantes. Si no fuera así habría controversias. Nadie se atribuye la autoría de un hecho que no ha cometido. Por tanto, mi padre no efectuó la descarga. Entretanto el caso fue archivado “de aquella forma”, sin sancionarse. Entiendo la desazón de la familia de Jesús y me solidarizo con Cristina, su hermana. Por lo menos la Medalla de Oro a Ripalda marca un antes y un después en su memoria.

De mi padre decir que quienes le trataron supieron de su profesionalidad. Sin embargo, han tenido que pasar 40 años para saber de su inocencia. Lástima que tal “distinción” sea a título póstumo.— José Manuel Lestón.