_
_
_
_
Porque lo digo yo
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Ricos y famosos

Gérard Depardieu ha decidido sacudirse el polvo de las zapatillas y vender hasta su último château en territorio francés

Olvídese de Saint-Tropez, Mónaco y Saint Barts. De Carla Bruni y de Catherine Deneuve. Si entre sus sueños más inconfesables está vivir entre ricos y famosos, lo que necesita es una casita en Néchin. ¿Qué no le suena de nada? Claro, cómo le va a sonar. ¿Acaso es usted un actor con castillos, viñedos y restaurantes entre sus propiedades? ¿Su familia es la afortunada poseedora de varias cadenas de supermercados? ¿Está en la lista de espera para hacerse con el abultado patrimonio familiar cuando alguno de sus progenitores estire la pata? Pues entonces, a usted no le puede sonar.

Néchin es un discreto pueblecito belga con panadería y poco más, pero que, como las feas, cuya suerte las guapas la desean, tiene su aquel. Como, por ejemplo, estar a tan solo un kilómetro de la frontera francesa aunque bajo el régimen fiscal belga, que te cruje si pagas IRPF, pero que pasa de puntillas por patrimonio, plusvalía y sucesiones. Por eso, su calle principal tiene más billonarios por metro cuadrado que la avenida Foch. Quizás su más celebre habitante rico y famoso sea Gérard Depardieu, quien cual Obélix resistente a la política del centurión Hollande, ha decidido sacudirse el polvo de las zapatillas y vender hasta su último château en territorio francés. Mientras, sus queridos ex compatriotas cumplen y pagan, él proclama, cual folclórica insolidaria, que los franceses le quieren malgré tout. Gérard, te lo digo sin acritud: el amor del público es volátil, pero más vale ser pobre en la Rive Gauche que el rico más famoso de Néchin.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_