Primera dama Kardashian

La foto que más gustó en la historia de Instagram se publicó este verano. Es de la modelo y hermanastra de Kim Kardashian, Kendall Jenner. Sale tumbada en el suelo, con las puntas de su pelo en forma de corazones. Tiene tres millones de me gustas. Esta semana, Mitchell Gossett, el que fuera representante de Miley Cyrus o Demi Lovato, admitía en Variety que los me gustas y los seguidores se han convertido en igual o más determinantes que el talento a la hora de fichar a jóvenes promesas. El domingo pasado, en los premios de MTV, el rapero Kanye West bromeó y dijo que pensaba presentarse a presidente de EE UU en las elecciones de 2020. Su mujer, Kim, sería entonces primera dama. Si esa idea le sorprende, junte estas tres noticias y recuerde que ella viene de la familia más gustada en Instagram, y eso, insiste Hollywood, es lo que de verdad cuenta. Ser primera dama sería como estar bajando de puesto en la escalera de la influencia.

Errores en abierto

El chef Jordi Cruz, una de las caras más reconocibles del concurso MasterChef, dio su número de teléfono personal a sus casi 200.000 seguidores en Twitter el jueves por la noche. Todo fue fruto de un error. El presentador Frank Blanco (Zapeando) se lo había pedido en púbico y en público contestó Cruz, en vez de hacerlo por mensaje privado. Twitter dio paso a las bromas y pantallazos de mensajes de Whatsapp que se enviaban a Cruz. Exactamente como cuando esto mismo le pasó a Paula Vázquez en 2012 o a Charlie Sheen en 2011. Como este tipo de error siga ocurriendo, habrá que asignarle un nombre.

Obama y su Instagram

La norma, aun en 2015, es que los departamentos de comunicación de las instituciones hablen en nombre de los altos cargos. La historia de esta semana es que quien ocupa el cargo más alto del mundo, Barack Obama, se puso a comunicar en nombre de su institución. En un arrebato sin precedentes, el presidente de EE UU usó la cuenta de la Casa Blanca en Instagram para documentar en fotos el viaje de tres días que realizó a Alaska. Imágenes de fiordos, un selfie con Bear Grylls (de El último superviviente, que tendrá al presidente en su programa de aventuras), paisajes con el ecológico pie de foto: “Tenemos que asegurarnos de que nuestros nietos vean esto”… Antes lo único que hacía un jefe de Estado, con sus manos de cara al público, era firmar.