El fin de la 'época dorada' en América Latina
Por Asier Hernando (@asierhm). Esta entrada es parte de una serie que en la próxima entrega tratará el papel que pueden jugar las ONG ante esta coyuntura.
"Bye, bye, años de oro". Foto: HENRY ROMERO/REUTERS/EL PAÍS.
América Latina está que arde, movilizaciones en Brasil, Ecuador, Guatemala y Honduras; crisis política entre Haití y República Dominicana; crisis entre Venezuela y Colombia, Bolivia dando otra vuelta de tuerca a las ONG, y El Salvador y México llenos de sangre. Pero no es el corto plazo lo más preocupante, aunque la inestabilidad no es nunca buena en la región más violenta del mundo, sino el largo plazo y la finalización del ciclo dorado, como lo llaman algunos.
Son innegables e históricos los logros conseguidos en América Latina los últimos años, 73 millones de personas salieron de la pobreza consecuencia de altos precios de materias primas, buenas políticas sociales y redistribución de recursos. Setenta millones de mujeres se incorporaron al mercado laboral y 50 millones de personas han pasado a ser clase media, un tercio de la población. Hay muchos más datos positivos como la media del número de años de escolarización, que ha crecido hasta los ocho años después de mucho tiempo estancada en cinco.
Aunque tampoco ha sido todo fiesta en esta última década y media. América Latina continúa siendo la región con más feminicidios del mundo y1 de cada 4 mujeres ha sufrido al menos un episodio de violencia a manos de su pareja. En más de la mitad de los países la tasa de homicidio ha aumentado –un 11% de media- y la región que más ha reducido la desigualdad del mundo continúa siendo la más desigual.
Tampoco se han hecho los deberes a nivel productivo, la región todavía depende principalmente de la exportación de materias primas y no ha diversificado la economía cuando tenía la oportunidad, Bolivia o Perú son buenos ejemplos. Y ahora vienen las vacas flacas. La bajada del precio del barril del petróleo a 47 dólares, el desplome del precio de las materias primas, además de la desaceleración de China, está haciendo mucho más difícil llenar las arcas para garantizar derechos sociales. La ONU estima que 1,5 millones de personas caerán en la pobreza este año que se suman a los 1,7millones que cayeron el año pasado. Y esto no ha hecho más que empezar: un tercio de la población de la región está en riesgo de caer en la pobreza económica consecuencia de la desaceleración económica.
Los gobiernos están tomando medidas, Ecuador, por ejemplo, ha hecho una reforma fiscal para recaudar más recursos lo cual ha llevado a las mayores movilizaciones de la época de Correa. Las movilizaciones de Brasil son también conocidas y Dilma, su Presidenta, acaba de reconocer que se “demoró” en reconocer la gravedad de la crisis económica, ¿les suena? Preparémonos.
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