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LA PUNTA DE LA LENGUA
Columna
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El 'roaming' nos sale más caro

“Itinerancia” se formó con los recursos de nuestra lengua, lo que permite reconocer los cromosomas que evocan el viaje

Álex Grijelmo

Los españoles que viajen al extranjero en estas semanas de vacaciones generales y autonómicas deben cuidarse del roaming. Uno se desentiende del roaming y a la vuelta le estará esperando en el buzón el recibo telefónico con un mazo en la mano.

Incluso los propios turistas pueden ser unos roamers, es decir, unos seres errantes, vagantes o vagabundos, que todo eso significa en inglés roamer, adjetivo procedente del verbo to roam: vagar, errar, recorrer.

Con ello se deduce de plano que roaming significa “vagabundeo”, “excursión”. Pero el uso que vemos en la prensa no se refiere a personas errantes, sino a sus móviles; que en cuanto pasan una frontera se ponen a facturar como si fueran el dentista.

Y se extiende el roaming (pronúnciese rouming) como si el español no dispusiera de un término equivalente. Sin embargo, roaming se puede traducir como “itinerancia”, palabra que, pese a proceder de una buena familia, entró a última hora en el Diccionario académico impreso (y definida brevemente como “condición de itinerante”). Sí se hallaba mucho antes en el Diccionario de voces de uso actual, de Manuel Alvar Ezquerra (1994), y también en el Diccionario LID de empresa y economía (2003), dirigido por Marcelino Elosúa, donde se recoge precisamente como la “capacidad de un sistema de telefonía móvil digital para ser usado en varios países”.

La compañía Iberia nos demuestra también que si viajamos en inglés (business) nos sale más caro

En latín, iter-itineris significa “camino”, y sirvió para construir “itinerario” y también “itinerante”. Si a la base itiner le sumamos el sufijo -ancia, que sirve para formar sustantivos abstractos en español, obtenemos un vocablo formado con los propios recursos de nuestra lengua y que nos permite reconocer de inmediato los cromosomas que evocan el viaje.

Por tanto, quien desee hacerse entender por un público amplio dispone de la palabra “itinerancia”, que equivale a roaming y se descodifica a la primera, a diferencia de lo que les puede suceder a muchos con el término inglés, incluso si hablan ese idioma; porque aquello de “errante” y “vagabundo” puede despistarlos.

El uso de “itinerancia” ofrecería además un valor adicional. Recordemos a aquel médico a quien preguntaron por qué hacía chequeos (anglicismo que procede de to check) y no revisiones o exámenes (palabras patrimoniales del español), a lo que contestó: “Porque el chequeo es más caro”.

La compañía Iberia nos demuestra también que si viajamos en inglés (business) nos sale más caro que si viajamos en español (turista). Y del mismo modo, estamos dispuestos a remunerar mejor a un coach que a un profesor de gimnasia. Así que nos conviene mucho escribir “itinerancia”, por si con ese truco abaratamos la broma.

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Sobre la firma

Álex Grijelmo
Doctor en Periodismo, y PADE (dirección de empresas) por el IESE. Estuvo vinculado a los equipos directivos de EL PAÍS y Prisa desde 1983 hasta 2022, excepto cuando presidió Efe (2004-2012), etapa en la que creó la Fundéu. Ha publicado una docena de libros sobre lenguaje y comunicación. En 2019 recibió el premio Castilla y León de Humanidades

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