10 fotosCosas que no limpia, pero deberíaEl pomo de la puerta, el ventilador o el mando a distancia. Objetos que utilizamos todos los días y que son un foco de suciedad 26 jul 2015 - 11:07CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceLa falta de tiempo y las escasas ganas que nos despierta, sitúan a la limpieza en uno de los puestos más bajos en un ranking ficticio sobre las "tareas domésticas que hay que hacer sí o sí". A pesar de ello, limpiamos todas las semanas. Y lo hacemos, según el Informe Empleo del tiempo, conciliación de trabajo y familia 2009 - 2010 (actualizado el 23 de mayo 2014) elaborado por el INE, un total de 52.682 horas al año, lo cual no está nada mal. Sin embargo, lo que ya no está tan bien es cómo empleamos el tiempo que pasamos trapo en mano. La tendencia general es limpiar lo que se ve, dejando por el camino numerosos lugares y objetos. Así, pasan las semanas y mientras la encimera de la cocina está reluciente, las cortinas del baño, el ventilador o la bolsa del gimnasio van acumulando suciedad con el riesgo que eso conlleva para la salud. Así que, parece que se impone una revisión de la distribución del tiempo dedicado a la limpieza del hogar. Para ello, hemos identificado algunos de esos puntos de suciedad ocultos y apuntamos soluciones de la mano del equipo de EsLife (una empresa de servicio doméstico).Hace cuatro años el Ministerio de Medio Ambiente puso un marcha la "Campaña institucional para la reducción de bolsas comerciales de un solo uso" y fijó como límite para conseguir su desaparición total el año 2018. Hoy, es normal ir a hacer la compra con un par de bolsas bajo el brazo. Sin embargo, en lo que muchos todavía no han caído es que estas bolsas hay que limpiarlas de vez en cuando. Si son de tela, la lavadora es la solución perfecta, mientras que el plástico resistente se limpia de maravilla con agua y jabón, siempre y cuando pongamos mucha atención en no dejarnos ni un centímetro cuadrado de bolsa sin limpiar, tanto por dentro como por fuera. Ponga especial empeño en las esquinas y, para acabar, seque la bolsa entera con un paño limpio. Recuerde que su comida y la de su familia irá ahí dentro.Sin duda, deberíamos prestar especial atención a la bolsa que usamos para guardar la ropa cuando vamos al gimnasio. De hecho, en este caso, la tarea de limpieza comienza ya en el propio gimnasio, evitando colocarla en ciertos sitios o dejando material sudado o sucio dentro de ella durante un tiempo prolongado. En todo caso, tiene que estar siempre ventiladísima, y si quiere alcanzar un nivel óptimo de limpieza, use una toallita desinfectante para la parte de fuera y otra rociada con vinagre para el interior. En menos de 10 minutos ya estará lista para su propia sesión de 'fitness'.Con la llegada de las altas temperaturas reaparece en escena el socorrido ventilador, el cual lleva meses acumulando polvo en algún rincón de la casa. Bien, pues es el momento de dedicarle unos 20 minutos a su puesta a punto. En primer lugar, desenchúfelo de la corriente para evitar cualquier accidente. Si puede desmontarlo, mucho mejor, ya que limpiarlo con las rejillas de seguridad resulta muy complicado. Una vez esté separado por piezas, llene un recipiente con agua y añada unas gotas de detergente antigrasa. Introduzca las aspas unos minutos y proceda a su secado con un paño o con papel de cocina absorbente. Voilà!Aunque las use todo el año, durante los meses de verano es cuando más atención deberíamos poner a su higiene. Y es que, en este caso, hacerlo de forma incorrecta podría dañar las lentes y hacer que perdieran sus propiedades protectoras. Así que, procederemos del siguiente modo: bañe las gafas en agua tibia. A continuación, con el dedo índice impregnado con una gota de jabón con pH Neutro, frote las lentes suavemente. Por último, aclare los cristales con el mismo agua y séquelos con un trozo de tela de seda acrílica.Un móvil tiene 18 veces más bacterias que la cadena del váter según un estudio de la Universidad de Stanford. En él se dice también que cerca de un 30% de los virus que almacena un móvil va a parar a los dedos de los usuarios. Quien habla del móvil habla del mando a distancia o el teclado del ordenador. Para mantener las bacterias a raya en su móvil le será suficiente con una pasada rápida de toallitas desinfectantes o humedecidas con alcohol. La limpieza del mando a distancia requiere algo más de destreza para acabar con la suciedad acumulada entre los botones y la carcasa, ayúdese de un bastoncillo para los oídos, mojado en alcohol y una toallita.¿Se ha parado a pensar cuántas veces al día toca los pomos de las puertas de casa, y en especial, el de la entrada? Probablemente, no. Pero, como se puede imaginar, por su función son tremendamente susceptibles de almacenar bacterias. Así que, habría que limpiarlos con bastante asiduidad. Para ello nos valdremos de vinagre que, aplicado sobre un paño seco, nos proporcionará la herramienta necesaria para eliminar cualquier rastro de virus. Sólo tendrá que frotar el pomo con el paño, dejar actuar durante unos minutos y luego secar con otro trapo limpio. No necesita más de cinco minutos para ello.No parece muy saludable que uno de los lugares que pisamos cada día con los pies descalzos sea también uno de los ecosistemas preferidos para las bacterias. Y es que la humedad casi permanente de las cortinas de la bañera facilita (y mucho) su proliferación. Ahora bien, la solución es bastante sencilla, barata y eficaz. Elija uno de estos productos: detergente líquido, agua con cloro, bicarbonato de sodio o vinagre (¡cómo no!). Escoja uno de ellos y frote con un cepillo para eliminar toda la suciedad. Después, enjuáguela y, a continuación, séquela procurando que el aire no sea caliente. Si no dispone de tiempo o tiene pocas ganas de frotar, puede lavarlas en la lavadora. Eso sí, recuerde que el agua debe ser fría.De pronto un día baja la vista y se da cuenta de que debería limpiar la alfombrilla antideslizante de la bañera. Y es que, aunque es consciente de que la suciedad no se acumula de ese modo en dos días, reconoce que la alfombrilla es uno de esos lugares que le pasan inadvertidos los días de limpieza. Siempre y cuando no baje la vista, claro. Porque si es así, y ha detectado los primeros indicios de moho, lo mejor es que acabe cuanto antes con ese foco bacteriano. Para ello, prepare una solución de agua caliente con lejía o con un producto jabonoso. Sumerja la alfombrilla y deje que repose durante unos 15 minutos. Después, sáquela y extiéndala para que pueda frotarla cómoda y enérgicamente con un estropajo. Recuerde hacerlo por los dos lados, aunque especialmente en las ventosas, ya que es un lugar propicio para la acumulación de moho. Y ahora, ya puede ducharse en la intimidad, sin la compañía de las bacterias.No es que vaya a encontrar una gran cantidad de suciedad en la parte superior de los armarios o el frigorífico, pero al estar en la cocina es difícil que ni los unos ni el otro, escapen a la grasa. Para acabar con esta suciedad, el producto estrella es el vinagre. En este caso, con lo que debemos tener más cuidado es con el paño, ya que si la superficie es de acero inoxidable podría rayarse sino usamos uno con el material adecuado. Una buena opción son los trapos de microfibra.