Muro.Exe, la zapatilla que amó la tecnología
Análisis de datos, hallazgos de biomecánica y la colaboración de un grupo interdisciplinar explican el éxito del calzado español
No es habitual que diseñadores conceptuales, visuales, de moda, de producto investigadores de materiales y expertos en biomecánica se reúnan para trabajar juntos en un proyecto. Tampoco es habitual que todo ese capital humano y tecnológico se concentre en una sola pieza de calzado. Si además añadimos a la ecuación el hecho de que la industria española del calzado está más vinculada a lo artesanal que a la tecnología, el resultado es un desafío altamente improbable.Y precisamente eso era lo que buscaba la firma MUROEXE: un reto técnico y humano.
Los materiales técnicos te permiten alcanzar prestaciones muy útiles para el día a día que un calzado tradicional no cumple en la mayor parte de los casos”
Desde luego, la tecnología tiene caminos inesperados. Cuando en 1937 el químico Otto Bayer sintetizó por primera vez el poliuretano, intentaba encontrar un polímero capaz de competir con el entonces imbatible nailon, pero no se imaginaba que había hallado algo mucho más importante: un material susceptible de ser utilizado para fabricar componentes de automóviles o yates, aislantes arquitectónicos o ruedas de monopatín, pero también tejidos flexibles y con una enorme capacidad de adaptación (la lycra, inventada dos décadas más tarde). Hoy, las piezas de calzado que produce MURO.EXE lo declinan de formas muy distintas: resistente y de alta densidad en la suela, transpirable en la superficie y moldeable en hormas anatómicas y plantillas que se adaptan al pie. “Los materiales técnicos te permiten alcanzar prestaciones muy útiles para el día a día que un calzado tradicional no cumple en la mayor parte de los casos”, relatan los impulsores de este proyecto cuyo resultado final no fue una batalla campal entre ingenieros y diseñadores, sino un diseño de calzado.
El resultado de horas de innovación no es una zapatilla aparatosa, sino un diseño limpio que se adapta al pie sin elementos innecesarios
Esa es otra de las fortalezas de la marca: en lugar de proponer colecciones amplias, MUROEXE ha depurado el diseño de su primer modelo, que no es exactamente una zapatilla deportiva ni un zapato formal, sino algo que reúne lo mejor de ambos mundos. “Proponemos un híbrido para la gente que no quiere llevar zapatillas deportivas en muchos momentos del día a día, y tampoco se siente cómoda vistiendo zapatos”, explican desde la firma.
Entre su primera colección, Atom, y la segunda, Metal, ya hubo mejoras técnicas: la forma es la misma, pero el tejido de rejilla metalizado de los diseños más recientes es más transpirable. Como buena empresa tecnológica, MUROEXE sabe que dejar de investigar implica dejar de progresar. Por ello, un grupo de analistas extrae datos de uso y consumo de los productos de forma constante: qué partes se desgastan más, cuáles podrían hacerse más ligeras o adaptables, qué medidas se podría tomar para que la adaptación del usuario fuera más rápida… El comentario de un cliente en Facebook puede ser clave para desencadenar una mejora, pero también la participación de un equipo de colaboradores pertenecientes a ámbitos cada vez más diversos.
Un grupo de analistas extrae datos de uso y consumo de los productos de forma constante
También hay tecnología en su forma de llegar al consumidor. La comunicación de la firma, llena de guiños techies, conduce al usuario hasta una tienda online que ofrece envíos, cambios y devoluciones gratuitas, y que se complementa con una red de puntos de venta donde los más escépticos pueden probar el producto. Así han logrado llegar hasta clientes de todo el mundo que agotan sus colecciones cápsula en tiempo récord y que saben apreciar la mayor virtud de MUROEXE. Porque, a pesar de su complejidad técnica y de las horas invertidas en investigar y desarrollar nuevas soluciones, el resultado no es una aparatosa zapatilla llena de complejidad, sino un diseño limpio que se adapta al pie con facilidad, sin costuras interiores ni elementos innecesarios. Las innovaciones tecnológicas son así: requieren mucho trabajo hasta llegar a la simplicidad.
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