El extraño ‘show’ de Cara Delevingne
La joven modelo presenta en Madrid su primer papel de protagonista en el cine Defiende su personal guerra contra la normalidad
La entrevista aún no ha empezado. El show, en cambio, lleva un buen rato. Quizás, incluso años. Cara Delevingne (Londres, 1992) aprovecha la entrada del camarero en la sala, con una taza llena de frutos del bosque, para empezar a canturrear entre sí “gracias, muchas gracias”. Mientras, la modelo y actriz mira su móvil. ¿La enésima estrella aburrida de tantas entrevistas? Nada de eso. Por fin, Delevingne encuentra lo que buscaba. Le da al play, empieza a sonar Cant’ feel my face, de The Weeknd, y se entrega a una suerte de baile sin levantarse de la silla.
¿Sorpresa? Más bien, pan de cada día. En el fondo, por eso hay fans ante el hotel esperando desde hace horas a la modelo quizás más famosa del momento. “Si sale voy a llorar. Es distinta, está muy loca y es interesante. ¿Y has visto qué cejas?”, explica uno de ellos. Entre los vídeos que cuelga online, sus declaraciones fuera de lo convencional, las especulaciones sobre su bisexualidad y escándalos como aquella vez que se le cayó una bolsita que parecía contener cocaína, Delevingne vive bajo los focos y es tal vez la única modelo que despierte un fenómeno fans a lo Justin Bieber, con millones de seguidores en Internet.
Al fin y al cabo, ella lo avisa en su propia cuenta de Twitter: “¡Abraza tu rareza!”. ¿Cuál es la suya? “Todos somos raros. Odio la palabra 'normal'. 'Sé más normal', 'quiero ser normal'. ¿Qué es normal? Deberías sentirte libre de ser tú mismo y hacer lo que sientas. Como si en medio de la calle quieres tirar todo por el suelo y bailar”, agrega Delevingne. Es precisamente por esto que la modelo acapara portadas, contratos, anuncios y amor incondicionado de grandes marcas y seguidores. Tanto que ha desarrollado un sexto sentido que, sostiene, le avisa cuando alguien le está siguiendo o mirando. Aunque lo que le trae a Madrid es en realidad la presentación de Ciudades de Papel, su primer papel como protagonista en el cine, en una adaptación de una novela superventas de John Green que se estrena el 7 de agosto.
“El cine es lo que siempre he querido hacer desde la infancia. Me fascina tanto delante como detrás de la cámara. De pequeña recuerdo que grababa pequeños filmes”, asegura la joven. De hecho, tras un debut marginal en Anna Karenina, Delevingne está multiplicando sus apariciones cinematográficas, con hasta cinco películas en 2015. De ahí que se hayan disparado los rumores sobre su posible abandono de las pasarelas. Ella los acalla con un gesto elocuente que viene a decir algo así como “bla, bla, bla”.
Lo cierto, sin embargo, es que la actriz es algo a medias entre una oveja negra y un bicho raro del mundillo. Su pie lleva tatuado Made in England, contra la objetización de muchas estrellas de los desfiles, a la vez que declaró a The Guardian “como modelo, realmente no apoyo el ser modelo”. “¿En serio dije eso?”, se extraña ahora. Pero añade: “Es un mundo lleno de gente maravillosa, pero si me hija me dijera que quiere ser una modelo, le diría: 'Sueña más a lo grande'. Promueve algo con el que no estoy del todo de acuerdo. No hay nada malo en la belleza, me encanta. Las cosas bellas son maravillosas. Pero ser una buena persona es mucho más importante y si solo persigues la belleza no vas a serlo".
Aun así, ella lleva desde los 10 años en el sector. Criada en una familia de clase altísima, ha desfilado para marcas como Givenchy, Dolce y Gabbana o Chanel, a la vez que ha sido imagen de decenas de campañas publicitarias. También ha sido dos veces modelo del año (2012 y 2014) en los premios de la moda británica. A todo ello, se añade el cine, mientras Delevingne mantiene su pasión por la música –grabó dos discos-. Pero, ¿y cómo se ve dentro de cinco años? “Ay, no me pregunte. Querría seguir haciendo todo lo que hago. Y más cine. Y más viajes. Más cosas. Y tener más tiempo”. ¿Va a dejar de dormir? “Bueno, a lo mejor podrían clonarme”. Imaginen la reacción de los fans.
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