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Abercrombie, condenada por discriminación

La marca de ropa estadounidense le negó trabajo a una joven por utilizar el velo tradicional musulmán

Samantha Elauf, en la Corte Suprema de Justicia en Washington.
Samantha Elauf, en la Corte Suprema de Justicia en Washington.JIM BOURG (REUTERS)

Si hay algo que caracteriza a los dependientes de Abercrombie & Fitch es su estado físico y su atuendo: minifaldas, pantalones cortos, blusas sin mangas y camisas ajustadas. Estereotipo que ya le ha causado varios problemas a la firma hasta el punto que el nuevo consejero delegado de la marca Christos Angelides decidió cambiar de estrategia y alejarse un poco de esa imagen hedonista y sexy. Aun así las contrariedades no terminan y una vez más Abercrombie & Fitch pierde una batalla legal.

Esta semana se dio a conocer que el Tribunal Supremo de Estados Unidos respaldó los derechos laborales de una mujer musulmana que no obtuvo un empleo en la firma de moda por presentarse a una entrevista de trabajo con un hiyab, velo islámico, de color negro. Con ocho votos a favor y uno en contra, los jueces del Supremo votaron a favor de la protección de la libertad religiosa y los derechos laborales de las personas que, por sus creencias religiosas, requieren un tratamiento especial a la hora de ser entrevistados para un empleo.

Según recoge el fallo, la compañía Abercrombie & Fitch, con sede en Nueva York, se negó en 2008 a dar empleo como asociada de ventas en sus oficinas de Tulsa (Oklahoma) a Samantha Elauf porque su pañuelo violaba el código de vestuario de los empleados al ser negro y cubrir su cabello. Elauf, que en aquel momento tenía 17 años, acudió a la cita y acreditó tener las competencias necesarias para el puesto, pero nunca recibió una llamada de respuesta porque, según le contó entonces una amiga que tenía en la empresa, su pañuelo de color negro violaba el código de imagen de la empresa.

Abercrombie
Tienda de Abercrombie & Fitch Co. en Nueva York.Craig Warga

En respuesta a esta actitud, en 2009, la Comisión para la Igualdad de Oportunidades de Empleo interpuso una demanda en nombre de la entrevistada, alegando que la empresa había violado la Ley de Derechos Civiles de 1964, que prohíbe a los empresarios rechazar a un posible candidato por sus creencias religiosas. Como resultado, un jurado consideró que Elauf debía de recibir una indemnización de 20.000 dólares.

Sin embargo, la Corte Federal de Apelaciones del Décimo Distrito, con sede en Denver (Colorado), anuló el veredicto al argüir que la empresa de moda no podía ser considerada culpable de discriminación porque Elauf nunca dijo explícitamente que llevaba el pañuelo por sus creencias religiosas y que, por tanto, necesitaba resultar exenta del código de vestuario de la firma. De esta forma, el caso llegó al Supremo, que debía determinar si las empresas tienen que proveer un tratamiento diferente a un postulante de empleo a pesar de que el candidato no lo haya exigido explícitamente.

De acuerdo con el fallo del alto tribunal, redactado por el juez Antonin Scalia, una empresa que se niega a proporcionar este tratamiento diferenciado viola la Ley de Derechos Civiles "incluso si no tenía sospechas fundadas de que necesitaba ese trato". "Un empleador no puede hacer de la práctica religiosa del solicitante, confirmada o no, un factor en las decisiones de empleo", concluyó el alto tribunal.

Para el Consejo de Relaciones Islámico-Estadounidenses, la mayor asociación de defensa de los derechos civiles de los musulmanes en EEUU, el fallo de la máxima instancia judicial del país es "histórico". "Damos la bienvenida a este histórico fallo en defensa de la libertad religiosa, en un momento en el que la comunidad musulmana de Estados Unidos se enfrenta a crecientes niveles de islamofobia", destacó el director del consejo, Nihad Awad.

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