El programa de empleo de Cruz Roja cumple 15 años con 85.000 historias de éxito

Por Rocío Ovalle (@rocio_ovalle), de Cruz Roja (@CruzRojaEsp), cuando se cumple el15 aniversario del Plan de Empleo de esta organización.

En los Espacios de Búsqueda de Empleo, el equipo de Cruz Roja apoya a las personas que cuentan con menos recursos en la elaboración de su currículum y métodos de búsqueda de trabajo.

Susana necesita un trabajo. “Aunque sea por 200 euros, si es lo que hay, me conformo”, confiesa. Lejos quedaron ya los días en que montó su propio negocio con su marido, un restaurante en el centro de Santiago de Compostela. En el retrovisor de la memoria observa pasar aquellos días de estrés; con los niños llegaron los cambios y poco a poco su vida profesional fue quedando en un segundo plano, con sus cuarenta y tantos ya esfumándose entre trabajos puntuales de camarera o de cocinera, y sin contrato.

Una amiga le habla de una oferta de comercial que ha encontrado en Internet. “Lo harías genial, es muy fácil y sólo tienes que hablar con la gente con naturalidad, tú venderías seguro”, la anima. Ella escucha atentamente y, tras unos segundos de silencio, pronuncia una frase que lo detiene todo: “No soy capaz”. La psicóloga Iriana Cacheiro señala que “la persona con baja autoestima huye de situaciones de las que no está segura, por eso es muy difícil que encuentre empleo”. Y ante eso, la única opción es coger fuerza y salir a la calle, cuidar su aspecto, hablar con la gente e incluso hacer un voluntariado: todo ello ayuda a las personas a saber que pueden aportar, que son útiles. Y lo son.

El mes pasado, Susana decidió dar un paso: acudió a la asamblea de Cruz Roja en Santiago y preguntó por el Plan de Empleo. El equipo le explicó que esta vía requiere esfuerzo y compromiso a medio plazo. “Trabajamos las habilidades personales, como la comunicación o técnicas de búsqueda de empleo. Después realizamos cursos prácticos en sectores donde hay oportunidades de trabajo, siempre que se adapten a vuestro perfil. Actualmente, donde detectamos más oportunidades es en el sector servicios”, detalla la orientadora laboral. “Las posibilidades de encontrar trabajo son dobles, porque vosotros buscáis activamente y al mismo tiempo nosotros recibimos ofertas de empresas y seleccionamos a los candidatos que más se ajustan al puesto. Pero, seré sincera, las empresas buscan en su mayoría perfiles de gente joven y las personas de tu edad lo tenéis más complicado. Aun así, esfuérzate, intenta compensar la edad con otras habilidades y seguro que algo aparece”, completa.

La edad. La maldita edad. En el curso de monitor de comedor que ha empezado esta semana, Susana es la participante de mayor edad. Muchas de sus compañeras cuentan con formación. “Hay psicólogas, maestras que no pueden trabajar porque no tienen el título homologado, auxiliares… Otras tienen una energía increíble. Entre que yo no tengo formación y mi edad, no sé qué pinto allí. Al menos he aprendido que tengo muchas fortalezas para trabajar en esto, como que me gustan mucho los niños y tengo paciencia con ellos, eso es importante”, señala. Conciliar el trabajo con el cuidado de sus hijos, vivir en un lugar con transporte público limitado y, especialmente, su baja autoestima, son otras losas con las que carga.

El desempleo se ceba con los colectivos más vulnerables. En concreto, la tasa de paro es dos puntos y medio superior entre las mujeres que entre los hombres, según la Encuesta de Población Activa del primer trimestre de 2015. “Vemos que, si uno de los dos adultos de una familia renuncia a buscar trabajo, es la mujer”, señala Pilar Bonigno, directora provincial de Inclusión Social; por otro lado, “muchas de las personas a las que apoyamos en los proyectos destinados a combatir la pobreza son madres solteras que asumen en solitario el cuidado de hijos y personas mayores, a quienes tienen que mantener en una sociedad que no favorece la conciliación, porque no pueden compatibilizar esas tareas con la formación o con los turnos de trabajo”, señala Bonigno. Conseguir una inserción cuando llevan años fuera del mercado laboral cuesta el doble; para evitar que se queden al margen, Cruz Roja cuenta con medidas que garanticen, como mínimo, la paridad en el acceso a estos itinerarios y que han logrado que el 60% de las personas que encuentra empleo sean mujeres.

En los 15 años que cumple ahora este proyecto, la mitad de los participantes en la provincia de A Coruña encontraron empleo. Hablamos de la vida de 1.423 personas, más de 85.000 en el territorio español, que han podido recuperar la estabilidad gracias al apoyo de los equipos de empleo, pero también de empresas que entienden que la conciliación, así como la inclusión de personas de diferentes orígenes y experiencias, es enriquecedora para su empresa y para crear una sociedad mejor.

Los orientadores ven como un signo muy alentador el aumento de contratación de empleadas del hogar: “Durante la crisis, las personas que perdieron su empleo asumieron las tareas del hogar. Que ahora aumente la contratación de personas para estos puestos quiere decir que también ellos han recuperado su empleo”, señala Nacho Álvarez, técnico de empleo. Pese a los estereotipos, a día de hoy el trabajo doméstico es una importante fuente de trabajo para las mujeres más vulnerables.

Cerramos el 2014 con reducción del desempleo y la creación de 433.000 puestos de trabajo en España. Aunque reconocen que la calidad del empleo no será como la de antes de la crisis, los equipos que trabajan por la inclusión de las personas se aferran a la esperanza: la actitud positiva abre muchas puertas, se contagia, y, aunque no se pueden hacer milagros, transformar el “no soy capaz” de Susana en un “sí soy capaz y voy a demostrarlo” ya vale un mundo.