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La humanidad de Eve Arnold

La Fundación Magnum publica una biografía ilustrada de la pionera fotógrafa estadounidense

Eve Arnold, en el set de rodaje de Becket en 1963.
Eve Arnold, en el set de rodaje de Becket en 1963.Robert Penn (Magnum)

Sus colegas de la Agencia Magnum recordaban que cuando conocieron a Eve Arnold (Filadelfia, 1912-Londres, 2012) esta era, fundamentalmente, una ama de casa suburbana. Había soñado con ser médico, escritora, bailarina. Pero, hija de inmigrantes rusos, había estudiado secretariado y trabajado como contable en una inmobiliaria. Hasta que a los 31 años abandonó su Filadelfia natal para instalarse en Nueva York. En esa época, depositar en esa ciudad las esperanzas de un cambio de vida aún no se había convertido en un cliché.

Recién llegada, vio un anuncio en The New York Times en el que buscaban un “fotógrafo amateur” para una fábrica de película fotográfica. Ella esperaba una entrada menos fordista en la disciplina y tuvieron que convencerla para que aceptase el puesto, pero resultó ser una excelente encargada de planta. En su tiempo libre, retrataba las calles de Nueva York con una cámara Rolleicord que le había regalado un antiguo novio.

Marrilyn Monroe, en el estreno de 'Al este del Edén'.
Marrilyn Monroe, en el estreno de 'Al este del Edén'.EVE ARNOLD (MAGNUM)

El rastro de esos años es difuso. En cambio, el del medio siglo dedicado a la fotografía es exhaustivo. Arnold conservó cartas, tarjetas, recortes, listas, entrevistas. Todo, aseguraba la periodista Janine di Giovanni en la presentación de Eve Arnold, volumen inaugural de Magnum Legacy, una serie de biografías ilustradas impulsado por la fundación homónima. Para su presidenta, Susan Meiselas, “ningún fotógrafo representa mejor que Eve el vínculo entre la generación fundacional de Magnum y el presente”.

A los 39 años, cuando Eve Arnold se presentó con su porfolio en la sede neoyorquina de la legendaria cooperativa de fotógrafos, Robert Capa ya llevaba tiempo rumiando que era necesaria una renovación: hacían falta nuevos profesionales que redefinieran la imagen de la agencia y documentasen la generación de la posguerra. Y quería mujeres. Arnold e Inge Morath fueron las pioneras.

Como la propia Arnold explicó en su primer libro, Eve Arnold. The Unretouched Woman (1976), “en mi trabajo hay temas recurrentes. Fui pobre y quise documentar la pobreza; perdí un niño y me obsesioné con el nacimiento; me interesaba la política y quise saber cómo afectaba a nuestras vidas; soy una mujer y quise saber más sobre las mujeres”. En los años cincuenta y sesenta, Arnold viajó a Haití, a Cuba, a Rusia, a Puerto Rico. Di Giovanni, veterana corresponsal de guerra, siempre vio en ella a una heroína, a un referente. “Demostró una tenacidad y una valentía absolutas en una época en la que las mujeres simplemente no hacían ese tipo de cosas”.

Joan Crawford, en 1959.
Joan Crawford, en 1959.EVE ARNOLD (MAGNUM)

Son icónicos sus retratos a celebridades como Marilyn Monroe, Josephine Baker, Joan Crawford o Marlene Dietrich. En 1952, Arnold recibió el primer encargo de Magnum: fotografiar a la actriz alemana. Cuando vio el resultado de la sesión, Capa definió con admiración el ámbito en el que, en su opinión, se movía el trabajo de Arnold: “Metafóricamente hablando, su obra cae entre las piernas de Marlene Dietrich y las amargas existencias de los temporeros”.

El crítico y comisario Alberto Martín abunda en esta idea: “No debe ser fácil transitar con equilibrio entre el alto estatus de la fama y la vida a ras de suelo como lo hizo Eve Arnold. Esta condición se confirma cada vez que uno observa su obra, la diversidad de temas y sujetos que abordó a lo largo de su trayectoria. Su versatilidad —trabajó desde la moda al reportaje o el retrato—, probablemente encuentre anclaje en ese concepto tan etéreo y quizás manido, pero concluyente, que es la humanidad. Rebajar el icono, limar el glamour, hasta convertirlo en algo humano y accesible, sigue siendo un reto complejo”.

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