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Blogs / Cultura
Del tirador a la ciudad
Coordinado por Anatxu Zabalbeascoa

Más calle que edificio

Anatxu Zabalbeascoa

 FOTO: David Frutos 

Primero preguntar, luego responder. Ese razonamiento tan sencillo está detrás de los arquitectos que escuchan y tratan de responder a un programa en lugar de buscar cuadrar en un programa un ideario formal o experimental. Desde esa base, los arquitectos de Crystalzoo, autores de este Casal de la juventud de Novelda, en Alicante, comenzaron preguntando qué necesitaban los habitantes del pueblo. La variedad de respuestas pudo ordenarse en una constante: los diversos grupos sociales sin lugar para encontrarse, divertirse o instruirse más allá de la escuela querían un espacio para estar juntos.

Por eso para responder a un entorno plural y servir a colectivos diversos el inmueble es más calle que edificio. Se abre y se cierra, conduce y se deja atravesar, se convierte en plaza, saca un auditorio a sus escaleras de acceso.

Sin embargo, a pesar de esa ambición amplia de querer servir a muchos y de desgajarse para comunicar, y facilitar, todos esos usos, el Casal es sólo uno gracias a la fachada de policarbonato que lo envuelve, una piel translúcida que funciona como un traje completo: cubre incluso las zonas opacas, rehabilitadas y se convierte en un muro cortina en las zonas nuevas. La fachada tiene, además de potencial formal, razón presupuestaria. El coste del policarbonato de este tipo (con espesor de diversas celdillas según cada zona para ajustar el aislamiento) ronda los 120 euros por metro cuadrado –según los arquitectos- frente a los 200 o 300 que puede costar un muro cortina. Ese material convive con el césped artificial de techos y paredes como conviven dos chavales de una misma generación. Además, convierte el edificio en lámpara cuando llega la noche. Así, con nuevos materiales, trajes completos y transformando un edificio en calle se contentó a muchos de los vecinos. Sin embargo, será el mantenimiento de los materiales y su vigencia con el paso del tiempo los que tengan la última palabra. Sería una pena –y una irresponsabilidad- que la frescura de un proyecto como este no le permitiera envejecer con dignidad.

Precio por metro cuadrado del edificio según arquitectos: 654 euros.

Comentarios

Se ven unos espacios muy gratos y luminosos, que resultan irresistibles a los ojos de quienes se adentren en esos espacios. Luego se ensamblan gratamente en las construcciones del lugar provocando una armonía en verdad gratificante. Felicitaciones.
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