La nueva reina del altar
La diseñadora Katharine Polk está considerada como una de las más innovadoras en el negocio de la moda nupcial
Muchos diseñadores que se abren camino en el mundo de la moda sueñan con tener un estudio como el de Katharine Polk en el barrio neoyorquino de Chelsea. La luz que entra por las enormes ventanas no tiene precio. El espacio en forma de L, con suelo de hormigón pulido, está partido en tres zonas. El centro está reservado a sus clientas: novias que buscan un vestido que rompa con la tradición.
Polk, de 31 años, es lo que llaman en el distrito de la moda una de las nuevas diseñadoras a seguir. La revista Style.com la eleva aún más alto, al seleccionarla el año pasado como “The Next Big Thing” (la próxima gran cosa, en castellano). Su firma, Houghton, está considerada, además, como una de las más innovadoras en el negocio de la moda nupcial. Y todo esto en solo tres años, tras debutar en la Semana de la Moda de Nueva York cuando la carpa se levantaba en el Lincoln Center.
La diseñadora californiana será la invitada estrella en la Barcelona Bridal Week, una feria dedicada al mundo de la moda nupcial que empieza este martes. Ya es el evento líder del sector en Europa, pero sus organizadores aspiran a tener la altura del Congreso Mundial del Móvil. Katharine Polk les ayuda a darle más dimensión en Estados Unidos. Su pasarela se celebrará el 8 de mayo, el último día de la muestra, cita para la que está creando seis vestidos exclusivos.
Es la invitada estrella en la Barcelona Bridal Week, la feria dedicada al mundo de la moda nupcial líder del sector en Europa
Polk admite que todo va muy rápido. Presentó Houghton -nombre que tomó prestado de la actriz Katharine Hepburn- en 2011. La colección ready to wear (lista para vestir) le llevó a la nupcial. Explica que sus trajes de novia son para una mujer que desea casarse con algo moderno, simple y sexy. “Hay un nicho muy claro más allá del típico vestido”, señala. Los modelos que cuelgan en su atelier son muy femeninos, con un estilo easy chic en linos de seda, gasas, encajes y bordados.
Aunque su estudio está en Nueva York, vende por todo el mundo. Reino Unido y Australia son sus principales mercados fuera de EE UU. También tiene cuentas en Japón. Barcelona, al ser una ciudad global, explica, será un buen trampolín para abrirse a una nueva audiencia. “Hay muchas mujeres listas para llevar algo diferente a lo que se suele ver en las ceremonias”, explica mientras muestra a sus espaldas el vestido que le encargó su única cliente española. “Hubo que hacerle una capa que representaba un velo para que no quedara tan expuesta”, recuerda. Pero como dice Polk, sus piezas tampoco son una alternativa radical. Su precio de partida son los 2.450 dólares (unos 2.200 euros), aunque pueden superar los 20.000 dólares (unos 18.000 euros). “Es duro hacer algo diferente, pero es muy gratificante cuando al público le gusta”, señala. “Algunas vuelven para que le demos una segunda vida convirtiéndolo en un vestido de cóctel”.
Polk tiene muy clara la idea de dónde quiere llegar y se adapta a las necesidades de cada mercado cuando la oportunidad merece la pena. Aunque admite que en este momento trata de contener el rápido crecimiento de la firma Houghton. Solo en el primer trimestre dobló las ventas de todo 2014. Sus principales clientes, cuenta, son otras diseñadoras del mundo de la moda, quizás porque las firmas que hacen algo que se sale de lo común son pequeñas.
Miquel Serrano, responsable de la Barcelona Bridal Week, cree que el sector de la moda nupcial español tiene cosas que aprender de Polk. Su objetivo es esta edición, por eso, es mostrar al mundo que en España hay marcas muy buenas que no son grandes, “pero que ofrecen un producto de grandísima calidad y acabados hechos a manos”.
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