Hasta el porno se ha vuelto hipster
Los actores de cine guarro más premiados del momento lucen barba, tatuajes, gafas de pasta y peinados 'old school'. ¿Casualidad?
En los últimos premios AWN Awards, los Oscar del porno, el galardón a la mejor actriz en una escena lésbica se lo llevó Sinn Sage. Esta intérprete estadounidense se está convirtiendo en una imprescindible del género no sólo por hacer llegar al orgasmo a todas sus compañeras de cama; su físico juega a su favor. Tiene poco pecho, celulitis, posturas de boxeadora y cara de nerd. Sage es una de las caras del nuevo cine de adultos, una industria hastiada de las rubias siliconadas y ansiosa por encontrar a chicas que probablemente en el instituto no se morrearon con nadie en los baños. ¿Sin siliconas, anabolizantes y depilación completa? ¿Porno cercano a nosotros, humildes e imperfectos mortales? ¿Porno realista?
Muchos actores se han visto forzados a cambiar su físico e incluso su corte de pelo para seguir trabajando. Le pasó recientemente a Bobbi Starr, una de las grandes. Esta joven estadounidense impulsó en 2012 su carrera cuando decidió cortarse su melena al estilo bob y dejarse flequillo, casualidades o no, al tiempo que se generaba revuelo mediático en torno al tijeretazo capilar de la modelo Karlie Kloss. Puede que peinado y profesionalidad no sean elementos asociados, o sí, pero lo cierto es que ese año le llovieron los grandes premios de su carrera, entre ellos el XRC (X-Rated Critics Organization) al mejor orgasmo. Bobbi y su melena midi subieron al Olimpo del porno cuando el legendario fotógrafo Richard Avery. lleva décadas retratando a las actrices del cine de adultos desde una perspectiva indie y artística, la incluyó dentro de su galería de actrices fetiche.
En su lista también está Audrey Bitoni, otra que ha sufrido un cambio físico reciente. Ahora se ha hecho conocida por hacer felaciones con el pelo recogido en moño, aunque su verdadero fuerte son esos marcados maquillajes que logran distraer la mirada de su talla 120 de pecho. Avery ha creado junto a ellas y otras actrices como Aiden Ashley o Samantha Betley una línea visual artística que va del pop al noir, la nueva estética hacia la que apuntan las estrellas del porno.
Estilos capilares aparte, hay un elemento que hoy no les puede faltar. Desde hace unos cinco años, el caché de cada actor es directamente proporcional al número de tatuajes que adornan su cuerpo. Chanel Preston es una de las 40 mejores actrices del momento según la AWN, pero sus películas han empezado a cotizar aún más desde que se tatuó unas flores encima de los pechos y del pubis.Cumple con todos los requisitos: es una chica normal, su perfil de Instagram es hasta aburrido y posee dibujos estratégicos que alimentan el morbo.
Christy Mack o Skin Diamond son, por su lado, dos actrices a las que el tatuaje no solo ha abierto puertas, también su cabellera rapada. En cuanto a los chicos, Logan McCree, un actor completamente tatuado (pene incluido) está revolucionando el cine gay de adultos. Tommy Pistol, conocido por sus interpretaciones cómicas de clásicos actuales del cine ("Not the Jersey Boys XXX") se ha tenido que dejar barba a lo hipster para adecuarse a los gustos del público. Y Clover, el nuevo pupilo musculado del porno con 27 años, tatuajes y 24 centímetros, se peina como un marine, con la raya del pelo marcada con una navaja siguiendo las extrañas modas capilares del momento.
Por suerte para algunos, hay escapatoria en esta gentrificación del porno. Tatuajes, melenas y barbas aparte, los estilos atemporales como los del mítico Ron Jeremy –semicalvo, sobrepeso y pelo hasta en la espalda– siguen triunfando.
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