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3.500 Millones
Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

Ticketea Unite: una buena idea (que no todos entienden)

Gonzalo Fanjul

Concierto organizado en Londres en 2005 por la organización Live 8. Foto: Wikipedia.

La semana pasada participé en la presentación del proyecto Ticketea Unite, una iniciativa por la que esta empresa de entradas online ofrece a ONG y otros grupos la posibilidad de utilizar sus servicios gratuitamente para la organización de eventos. Como en el caso de otras compañías privadas, el recurso de las donaciones económicas se ha ido transformando en una filantropía más moderna en la que una empresa ofrece lo mejor que tienen: sus capacidades, conocimientos e infraestructura. A la hora de plantear su idea, sin embargo, los responsables de Ticketea se han encontrado con una respuesta mucho más fría de lo que esperaban. ¿Les sorprende?

La idea es buena por dos razones: en primer lugar, supone una manera eficaz de recaudar fondos. Como ya hemos comentado en este blog en otras ocasiones, la crisis ha golpeado con dureza a un sector excesivamente dependiente de los recursos públicos. Solo en el caso de las ONG de cooperación y en los dos últimos años, la coordinadora nacional afirma que 3 de cada 4 organizaciones han perdido fondos públicos y más de la mitad reciben menos apoyo privado. La situación es incluso peor para las ONG que luchan contra la pobreza en España. En este contexto, la organización de eventos supone una manera eficaz de recaudación y fidelización de socios para ONG de todo pelaje. Los organizadores de esta iniciativa aspiran a facilitar la recaudación de un millón de euros en el primer año, y las pruebas que han realizado hasta ahora sugieren que no es una cantidad exagerada.

La segunda razón no es financiera, sino social. Ticketea Unite -como Change.org, Avaaz, Goteo y otras- es una más de las vías que ayudan a los individuos organizados perseguir sus causas en ausencia de intermediarios. Porque, además de un concierto de una ONG en un estadio, la herramienta permite, por ejemplo, convocar la movilización de un grupo de vecinos para evitar un desahucio y apoyar a las familias afectadas. O financiar un documental sobre los estragos medioambientales de una empresa local adelantando la venta de entradas por internet. Las posibilidades son inmensas y la movilización social necesita todo el apoyo que pueda recabar.

Lamentablemente, los impulsores de esta iniciativa se han sorprendido con la fría respuesta del sector. Según me contaban (y no es la primera vez que lo escucho), en las reuniones previas de presentación abundaban las condiciones para respaldarlo e incluso el recelo sobre los intereses ocultos de la empresa. Con franqueza, no sé muy bien qué beneficio tendrá este proyecto para la marca de Ticketea, pero espero que sea mucho. Estaría bueno. Sus promotores quieren enfangarse sinceramente en la resolución de los problemas comunes y lo hacen con lo mejor que tienen a su alcance: su experiencia y su tecnología (además del voluntariado corporativo de sus trabajadores). Cierto que si las ONG hubiesen comprendido este tema a la primera, tal vez no tendrían la grave dificultad que han demostrado durante años para conectar con los donantes privados, pero resulta difícil entender la miopía del sector cuando sus necesidades son tan elementales.

Esta crisis va a transformar muchos de los hábitos que arrastramos del pasado. Confío en que el modo ineficaz en que los sectores privado y no lucrativo trabajan juntos en nuestro país sea uno de ellos. Mientras tanto, le deseo lo mejor a Ticketea Unite.

Comentarios

No veo dónde está el problema en que las ONGD tengan sus principios y se nieguen a aceptar donaciones del sector privado cuando, a su criterio, la empresa no sea honrada, honesta, clara en sus compromisos o como se quiera llamar....
El problema está cuando en lugar de principios en virtud de los cuáles se rechacen donaciones de empresas deshonestas, se tienen prejuicios dogmáticos que consideran que todas las empresas son siempre deshonestas; que cualquier acción de filantropía empresarial es únicamente una forma hipócrita de lavar la cara y que cualquier ONG que llegue a un acuerdo con una empresa para trabajar conjuntamente se ha prostituido al sistema y traiciona por eso a los más pobres.Y esto, por desgracia, no es una forma caricaturesca de reflejar la realidad, sino una manera bastante aproximada de la forma de pensar de bastante gente comprometida en causas sociales.
No veo dónde está el problema en que las ONGD tengan sus principios y se nieguen a aceptar donaciones del sector privado cuando, a su criterio, la empresa no sea honrada, honesta, clara en sus compromisos o como se quiera llamar....
El problema está cuando en lugar de principios en virtud de los cuáles se rechacen donaciones de empresas deshonestas, se tienen prejuicios dogmáticos que consideran que todas las empresas son siempre deshonestas; que cualquier acción de filantropía empresarial es únicamente una forma hipócrita de lavar la cara y que cualquier ONG que llegue a un acuerdo con una empresa para trabajar conjuntamente se ha prostituido al sistema y traiciona por eso a los más pobres.Y esto, por desgracia, no es una forma caricaturesca de reflejar la realidad, sino una manera bastante aproximada de la forma de pensar de bastante gente comprometida en causas sociales.
No veo dónde está el problema en que las ONGD tengan sus principios y se nieguen a aceptar donaciones del sector privado cuando, a su criterio, la empresa no sea honrada, honesta, clara en sus compromisos o como se quiera llamar....
El problema está cuando en lugar de principios en virtud de los cuáles se rechacen donaciones de empresas deshonestas, se tienen prejuicios dogmáticos que consideran que todas las empresas son siempre deshonestas; que cualquier acción de filantropía empresarial es únicamente una forma hipócrita de lavar la cara y que cualquier ONG que llegue a un acuerdo con una empresa para trabajar conjuntamente se ha prostituido al sistema y traiciona por eso a los más pobres.Y esto, por desgracia, no es una forma caricaturesca de reflejar la realidad, sino una manera bastante aproximada de la forma de pensar de bastante gente comprometida en causas sociales.

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