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Todas estas cosas están de moda. No las hagas

Pasado el momento inicial de descubrir las nuevas colecciones, analizamos qué excesos sugieren que hay que evitar

Carlos Primo
Un momento del desfile de las colecciones del British Fashion Council London
Un momento del desfile de las colecciones del British Fashion Council LondonPA Wire/Press Association Images / Cordon Press

Tras la temporada de pasarelas, llega el sosiego. Es el momento de empezar a analizar las colecciones con calma, pero también para empezar a tachar propuestas que, casi siempre, dan juego como espectáculo pero resultan muy inquietantes si tratamos de trasladarlas a la vida real. Aquí va una lista de propuestas que, por mucho que insistan las marcas, no creemos –ni queremos– que llegue a adoptar el próximo otoño.

Colocar cosas en torno a la cintura

Getty Images

La silueta es un concepto líquido, multiforme e impredecible que admite todos los adjetivos postmodernos que queramos adjudicarle. Lo que no admite con tanta facilidad es la colocación de elementos extraños alrededor de la parte más susceptible de la anatomía masculina: la tripa. Presentimos que la prenda de piel que se adivina en este look de Haider Ackermann podría encantarnos, pero no así. No así.

Pieles con tirantes

Una cosa es reivindicar la estética ghetto, el diseño conceptual de los noventa y el abrigo de Ewan McGregor en Velvet goldmine, y otra muy distinta es ésta. ¿Un abrigo de pieles con tirantes? ¿Un escote masculino que haría palidecer al mismísimo Halston? No sabemos muy bien cómo calificarlo. Sin poner en cuestión el talento de Hood By Air, nos vemos obligados a subrayar que su colección tiene propuestas mucho más interesantes que esta, incluso aunque el feísmo siga siendo el feísmo y, de forma extraña, nos atraiga. Un poquito.

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Colisión de fuerzas

Tirar de la camiseta y recoger los pantalones. Arrugado por abajo y estirado por arriba. Este cataclismo de fuerzas opuestas es casi el único look que no suscribiríamos de la colección que Kanye West ha diseñado para Adidas Originals, porque es una de las poquísimas prendas capaces de hacer que un atleta adolescente parezca una embarazada. Visto así, es todo un logro.

Chándal monocromo

Sabemos que el chándal vuelve. Que el monocromo regresa. Que Marcelo Burlón es uno de los nombres de la temporada. Sin embargo, llámenlo reticencia. O resistencia. Este look es muy interesante, pero da miedo pensar en lo que puede llegar a ser cuando el público lo adopte, lo versione y lo lance a las aceras. Diga sí al chándal, pero con cuidado. Y bajo la supervisión de un estilista.

Topless y pieles

Los looks de pasarela son exactamente eso, pero no dejamos de sorprendernos cuando, por ejemplo, Jeremy Scott mezcla el maximalismo, las pieles, el chic prehistórico y el hip hop en composiciones como ésta para Moschino. Lo que más nos perturba, sin embargo, no es el estilismo –al fin y al cabo la moda es espectáculo–, sino estos pantalones anchos de hip hop elaborados en piel de leopardo o sucedáneo. Hay que ser muy gangsta (y un poco especista) para defenderlos.

Quarterback de Mordor

Getty Images

Tatuajes, músculos, pantalones de piel de septiembre, hombreras de rugby y casco con forma de cabeza de dragón (o de macho cabrío con púas). Que nos aspen si Philipp Plein no ha pasado los últimos meses viendo Juego de Tronos, V, El Señor de los Anillos, 300 y Robocop. Eso sí: la mezcla le quedó muy divertida.

Braguetas deconstruidas

SIPA

El maestro de la posmodernidad, la vanguardia, el patronaje desestructurado, los drapeados masculinos y el look posposnuclear dejó a toda la concurrencia con los ojos como platos cuando puso sobre la pasarela prendas que contaban con una abertura (una especie de cuello americano) en la parte más pudenda de la anatomía masculina. Sin ropa interior, claro. Muchos suspiraremos por los abrigos que Rick Owens ha presentado, pero sólo unos pocos valientes se atreverán con lo más radical (y también lo más divertido) que nos ha dejado la temporada.

Horror Vacui Digital

Getty Images

El estampado digital llegó como un soplo de aire fresco a nuestras vidas hace unos años, pero con el tiempo ha servido de parapeto –¡ah, la innovación!– para propuestas que a veces rozan la atrocidad y a veces son, simplemente, complicadas. Los conjuntos ajustados de Comme des Garçons transitan por una cuerda floja que pende sobre el abismo del horror vacui, pero sus prendas por separado son mucho más asumibles.

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Sobre la firma

Carlos Primo
Redactor de ICON y ICON Design, donde coordina la redacción de moda, belleza y diseño. Escribe sobre cultura y estilo en EL PAÍS. Es Licenciado y Doctor en Periodismo por la UCM

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