Venderse honrosamente en Egipto
Fotograma de la película "Sokar Barra" -Azúcar a parte, de Basel Ramsis (@baselramsis)
Conocí a Basel Ramsis en un encuentro de ciberactivistas hace un par de años. Basel nació en el Cairo. Basel hace muchas cosas; escribe, dirige, se manifiesta, tuitea, incendia facebook. Cuando le conocí Basel nos contó como había conseguido superar la tortura en Egipto pensando en el sexo, como se había vivido los movimientos sociales durante los levantamientos de la plaza Tahrir y nos explico el grado de injusticia e impunidad que se vive en su país. La fascinación que me produjo como activista se sublimó hace un par de semanas cuando acudí al estreno de su último documental “Azúcar aparte”.
Empieza la película con unas imágenes que recuerdan una película familiar tomada informalmente. Una mujer hermosa vende ramos de hierbas aromáticas (es la mujer que se arregla el pañuelo en el fotograma que abre este artículo). Sobre esa base Basel desarrolla una narrativa deliciosa que te envuelve. Olvidas la calidad técnica de las imágenes arroyada por la fuerza de una historia impensable. Descubre que la bella mujer del puesto, sus hermanas, sus amigas viven una vida alegre pero absolutamente marcada por la pobreza. Sus actividades diarias a penas les permiten pasar el día y asegurar un par de comidas para ellas y sus hijos.
Una de las soluciones para salir del paso en los momentos más duros es casarse. Hay hombres procedentes de la zona del Golfo que llegan a este pueblo situado en la zona de Guiza en busca de mujeres. Unas mujeres ejercen de alcahuetas y preparan las citas. Los hombres pueden elegir entre varias chicas. La chica seleccionada se casará y a cambio recibirá el dinero de la dote, que suele rondar los 500 euros. Después de algunos días el hombre volverá a su país y la chica se quedará allí. Lo siguiente es el divorcio. Y así, vuelta a empezar cada vez que la situación es crítica.
Algunas de las mujeres están rotas por los matrimonios por dinero, otras se lo toman como una cosa normal parte de la vida que les toca vivir por ser mujeres. Venderse honrosamente unos días y luego divorciarse para poder volver a venderse de nuevo en unos meses. Buscar un primer matrimonio donde la dote sea muy grande para poder ayudar a su familia y poder salir de Egipto. Ya no hay tanta alegría, aparecen las lágrimas y la rabia.
Cuando acabó la película me sentía tan cerca de todas esas mujeres que tenía la impresión de que habían pertenecido a mi vida desde siempre. Las adopté, las quise como hermanas. Entendí su miedo, su rabia, su necesidad y su alegría. No me inspiraron compasión sino admiración. También pensé en todo lo que queda por hacer para convertir el mundo en un sitio donde las mujeres dejen de ser una mayoría minoritaria, abusada por la otra mitad de la población.
Basel grabó el documental en cuatro medias jornadas. Consiguió adentrarse en la profundidad del universo de estas mujeres en un tiempo record y ha construido un relato único. La película obviamente está censurada en Egipto entre otras cosas para proteger a estas mujeres. Todo el documental ha sido realizado por cuatro personas. “Azúcar aparte” es un ejercicio de sentimiento puro enmarcado en la cruda realidad.
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