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LA PARADOJA Y EL ESTILO
Columna
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Un tranvía llamado Parla

Tomás Gómez inició y acabó su trayecto político en la misma estación del sureste de Madrid. Se ha convertido en una nueva Blanche DuBois, a merced de extraños en los que confiar

Boris Izaguirre
Marlon Brando, en una imagen de 'Un tranvía llamado deseo'.
Marlon Brando, en una imagen de 'Un tranvía llamado deseo'.Cordon Press

Hace tres días vivimos un hecho insólito, el flamante tranvía de Parla, con un circuito circular de poco más de ocho kilómetros, atropelló al alcalde y también a su deseo. De manera que Tomás Gómez inició y acabó su trayecto político en la misma estación periférica del sureste de Madrid. Así, Parla se ha convertido en personaje y escenario como la Nueva Orleans de la obra de teatro de Tennessee Williams. Y Gómez en una nueva Blanche DuBois, a merced de extraños en los que confiar.

Para subirse en el tranvía de la política, aunque sea circular, el deseo es muy importante. Y hoy el deseo lo forjan los medios de comunicación, igual que ocurre con el éxito y la política. Y eso lo entienden y manejan, como nadie, Esperanza Aguirre y Cristóbal Montoro. Ambos han lucido esta semana en sus shows televisivos su truco más brillante: la incontinencia verbal.

Esperanza la empleó lanzando balones fuera para salir salerosa y más o menos indemne de Salvados con su gracejo personal. Montoro fue más preocupante, parecía divertirse aireando datos confidenciales. Pero es año electoral y todos tienen que hacer un esfuerzo, una pirueta, un monólogo. Bailar con un aro o atropellar a alguien con un tranvía. Da igual, porque lo que importa es encender el desorientado deseo de los votantes.

Desde luego, Dominique Strauss Kahn no pensó mucho en los votantes cuando se dejaba llevar por esos deseos ocultos que ahora ya no lo son. Al tratarse de un exdirector general del FMI es lógico que se haya llevado también una contabilidad estricta de su actividad sexual. También es cierto que en cuanto a números y cantidades, lo que para unos es mucho para otros es escaso. Eso ya según los hábitos o la moral de cada uno. O las ganas que tengas de escandalizarte. Por ejemplo, al fiscal que lleva el caso cuatro orgias al año le parecen muchas mientras que a Dominique le parecen pocas. Pero fueron las suficientes para perder su carrera política. ¡Que le quiten lo bailao! En el juicio se ha sabido que Dominique podía resultar violento con las señoras, o sea un Grey sin sombras y con auténtico poder. Sabemos que el deseo es muy importante, una auténtica fuente de energía, pero la fuerza sin control sirve de poco, ya lo decía el anuncio de neumáticos Pirelli.

Una mujer también ha sido víctima de su deseo por prolongar la belleza de su rostro. Uma Thurman lleva encaramada al trending topic toda la semana por su comentada “no” operación facial. Si antes era la encarnación humana de la Venus de Botticelli, hoy es una virgen de Zurbarán, rubia y con la piel más lisa. ¿Qué hay de malo? No se trata de detener el tiempo y mantener la juventud, se trata de construirte el rostro que te acompañará en la nueva década. Y ese rostro, el que ahora nos ha enseñado Uma, responde a las necesidades de su edad. Es machista pedirle a una mujer que no envejezca y después criticarle las medidas que emplea para acoplarse al paso del tiempo. Nadie le dijo a John Travolta que se había desfigurado cuando se achinó los ojos. Y él y ella hace 20 años bailaron en Pulp Fiction los movimientos que tanto Strauss Kahn como el propio Cristiano Ronaldo desean para sus fiestas.

A Cristiano Ronaldo nadie lo ha arropado. Al contrario, Florentino Pérez se presentó en los vestuarios del Real Madrid con un discurso inflexible después de la derrota y de que la fiesta por los 30 años del astro se convirtiera en el peor ejercicio de inoportunidad del mes. Pero, ¿alguien sabe cómo cancelar una fiesta millonaria mientras te enjuagas el cuerpazo y las lágrimas una hora antes de que empiece? No es fácil. Toda la ilusión, la decoración, el catering y esa estrella de la música caribeña, Kevin Roldan, que no paró de hacerse selfis y subirlos a todas las redes sociales para que el mundo viera a Ronaldo cantando y celebrando mientras su afición sufría. Nunca puedes prever el comportamiento de un invitado con teléfono y es durísimo cuando en una fiesta todo sale mal. Ronaldo quería marcarse un gol como descubridor de talentos y lo que consiguió es que lo convirtieran en un nuevo y musculado San Sebastián de las fiestas.

Pero en algún lugar, alguien no solo escucha nuestras plegarias sino que hace realidad los deseos. También a Florentino le aguaron la fiesta rechazando los permisos para la construcción de su nuevo estadio Santiago Bernabéu. El presidente presentó a medios y selectos invitados este proyecto durante un fiestón con manjares y licores carísimos. Claro que lo hizo de manera más discreta, porque los millonarios evitan ese exhibicionismo de los nuevos ricos, pero la fiesta fue supercomentada en boutiques y despachos elegantes. Entre los invitados, cómo no, miembros del selecto club de la Lista Falciani, un listado reconocido como otro de los deseos inconfesables hechos realidad esta semana. Muchos bromearon con aquello de que si no estabas en ella no eras nadie. Pero lo menos oportuno ha sido que Fernando Alonso ilustraba la portada de ¡Hola! al mismo momento que lo descubríamos como un elegido tanto del Santander como del HSBC. Con dinero y sin dinero, ¡es todo tan difícil! Nunca sabes hacia donde te llevará el tranvía.

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