Frenando la inmigración no solo se frena a los inmigrantes
AUTOR: ABDEL BELATTAR
Día a día, los medios de comunicación nos bombardean con titulares sobre migrantes que llegan a costas y/o tierras españolas. Esta tormenta de noticias cambia radicalmente el sentido de este fenómeno, pasando de ser una migración por necesidad y por fuerza a una invasión. Este mensaje va tejiendo en la sociedad una fobia sobre las personas que llegan, y en suma, sobre las que ya están.
Pero la migración es un fenómeno complejo de entender, por lo que no se puede hacer un trato tan simplista y vejatorio de la misma. Esa complejidad se debe a su variedad:
- Dentro del colectivo que emigra, hay una variedad de causas que les han hecho tomar la decisión de marcharse.
- La mayor parte de los que llegan a España no lo hace por vía marítima o a través de las ciudades autónomas… La mayoría llega en avión.
- Detrás de cada persona que quiere migrar, hay varios motivos, varias dificultades, varios problemas… Hay vidas que desconocemos totalmente.
Y, por último, no todo aquel que intenta llegar a España es un inmigrante; hay miles de exiliados que vienen para pedir asilo. Y hay que decir que España, como país firmante de la Convención sobre los Estatutos de los Refugiados de 1951 (más conocida como Convención de Ginebra) está incumpliendo gravemente este tratado internacional.
Voy a aclarar algunos conceptos sobre refugiado antes de seguir con el artículo:
- Exiliado:Es toda aquella persona que se ha visto obligada a abandonar su país y refugiarse en otro porque se siente discriminada y, por lo tanto, perseguida por razones políticas, por su ideología, sexualidad, género, grupo étnico, nacionalidad, religión o pertenencia a cierto grupo social.
- Solicitante de asilo:Es toda persona que llega a un país ysolicita el reconocimiento de la condición de refugiado, es decir, pide protección a causa de las razones que le hayan llevado a salir de su país,y cuya solicitud todavía no ha sido evaluada en forma definitiva
- Refugiado: es un estatus jurídico que permite al exiliado residir en el país protector. El estatus es permanente y solo puede suspender si las causas que forzaron el asilo finalizan.
- Inmigrante: aquella persona que sale de su país hacia otro en busca de unas condiciones de vida mejores.
Como hablábamos anteriormente, no darle la posibilidad de pedir asilo a un exiliado es una grave infracción ya que supone un abandono y vulneración de los derechos humanos y de los protocolos de la Convención antes mencionada, lo que significa, en pocas palabras, abandonarlos a su suerte. Y, ¿a dónde los lleva esa suerte? A una más que probable muerte. Cada año pierden la vida miles de personas en el mar Mediterráneo en su intento de llegar a las costas europeas. Este es un número mucho mayor del que nos llega por los medios de comunicación. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para el Refugiado (ACNUR) estima que el número de refugiados muertos en lo que llevamos de año es de 4.272. “Unas 3.419 de ellas se han producido en el Mediterráneo, lo que la convierte en la ruta más mortífera de todas”, asegura la organización.
Lo que nos da Acnur son datos, sí, pero en realidad solo son estimaciones. Estas cifras de Acnur, de las autoridades nacionales y las ONG’s, sin embargo, no son absolutas. Siempre hay cuerpos que se pierden en la deriva de las mareas y que nunca llegan a ojos de tales organismos. Siempre hay datos que las autoridades no dan para no alarmar. Siempre hay nombres y personas que no aparecen en ninguna lista, personas olvidadas por las ONG’s, por las entidades internacionales, por las autoridades, por los medios,…por todos excepto por sus compañeros de viaje y por su familia.
Estos dos grupos afectivos son los que tienen en cuenta a las personas que toman la decisión de migrar, sea como migrantes o como refugiados. Quizá este trato de amistades y familia se diferencie del de organismos, autoridades y ONG’s en que los primeros los tratan como personas mientras que los segundos como inmigrantes. A veces, olvidamos que todos tenemos sentimientos, necesidades, preocupaciones, familia, problemas… pero todos somos iguales.
Quiero acabar el presente escrito con una cita de Shakespeare:
“Somos humanos ¿es que no tenemos ojos?
¿Acaso no tenemos manos, cuerpo, sentidos, afecto, pasiones?
Nutridos con la misma comida, heridos con las mismas armas, sujetos a las mismas enfermedades y curados con los mismos remedios, enfriados y calentados por el mismo invierno y verano.
Si nos herís ¿no sangramos? Si nos hacéis cosquillas ¿no nos reímos?
Si nos envenenáis ¿no nos morimos? Si nos ofendéis ¿no nos vengamos?”
Abdel Belattar es graduado en Educación Social y estudiante del másterinternacional de migraciones de la Universidad de Valencia
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