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George Clooney, se les cayó el mito

Tras su matrimonio con Amal Alamuddin, en la vida del actor hay demasiado neón, demasiado estilista, demasiado retoque. Tanto como para que los rumores que siempre acompañaron a su perfil de seductor se hayan vuelto a disparar

Elvira Lindo
La abogada Amal Alamuddin y el actor George Clooney, a su llegada a Venecia para celebrar sus cuatro días de boda, el pasado septiembre.
La abogada Amal Alamuddin y el actor George Clooney, a su llegada a Venecia para celebrar sus cuatro días de boda, el pasado septiembre. ANDREAS SOLARO

Eso parece. Hay una parte no desdeñable de ese sector de población dedicado a la creación de mitos que ha visto cómo el hombre de la ceja alzada y la sonrisa irónica se ha desplomado desde el altarcito en el que lo tenían colocado. No es mi caso. Tengo un recelo injustificado a las personas que le caen bien a todo el mundo y en particular a ese tipo de hombres campechanos a los que siempre van dirigidas las bromas mejor intencionadas de las galas de los Oscar o los Globo de Oro. Maldades sin sangre sobre su atractivo y soltería. Y es que mientras otros actores han de aguantar la mala baba de los guionistas de estas ceremonias a Clooney siempre se le ha reservado la pincelada irónica sobre su resistencia a casarse o sobre la cantidad de mujeres que deseaban retirarle de una soledad a la que se aferraba como un truhán, hey, y como un señor.

¿Se ha roto el encanto por el cual George era el galán mejor tratado de Hollywood? Puede, y en parte es él el responsable de que se pueda haber abierto la veda de las críticas mordaces. En el último año optó por una de los mayores tentaciones que la fama reserva: la exhibición. Es, sin duda, la tentación más peligrosa. Cuando se cede ante ella no hay vuelta atrás. La exhibición de la riqueza, del amor, de la felicidad, de la supuesta elegancia, de la perfección, del posado impecable. Todos estos elementos que pudieran ser beneficiosos por separado forman un conglomerado explosivo cuando se unen que se resumiría en una sola palabra: horterada.

Hortera fue su boda con la abogada anglolibanesa especialista en derechos humanos Amal Alamuddin. Hortera fue que la ciudad de Venecia (“la ciudad de los canales”, por continuar con el universo kitsch) se tomara en asalto por un bodorrio durante cuatro días, que se cortaran algunas calles a los peatones, que se añadieran antigüedades a las que ya había en el hotel en el que se alojaban, que se hicieran públicas las despedidas de soltera y soltero de los novios con sus correspondientes menús, que invitados como Anna Wintour, el omnipresente Bono, Cindy Crawford o Lana del Rey saludaran desde sus correspondientes barcazas, que los novios llegaran al hotel en una lancha llamada Amore, que posaran con el mismo lenguaje corporal de Ken y Barbie, que todo respirara dinero, dinero y un lujo nada discreto, nada sofisticado, dinero a lo bruto que paradójicamente exhalaba un romanticismo baratuno.

¿Es esto lo que se esperaba de una abogada concienciada y de un actor que fue destacado por la revista Time como uno de los hombres más influyentes del Planeta? Clooney siempre pretendió ser algo más que un actor a las órdenes de buenos directores. Quiso producir y lo hizo apoyando historias y a directores interesantes. Su sonrisa de hombre experimentado a lo Cary Grant y su facha imponente a lo Burt Lancaster le retrataban como al prototipo de guapo inteligente, que lleva su belleza con buen humor y con una distancia irónica. El guapo partidario de las mujeres, que es una clase de guapo muy específica. El tipo que no provoca rencor. ¿Qué le ha pasado a nuestro héroe para que de pronto se haya destapado con una boda de millonario (más ostentóreo que ostentoso) y una declaración de amor en los Globos de Oro a la que sólo le faltaban cien violines de fondo?

No respiro por la herida. No soy el tipo de admiradora que no le perdona al ídolo juerguista que haya sentado por fin la cabeza, porque, reitero, Clooney nunca fue mi tipo, aunque como a todas (y todos) me caía simpaticote, pero entiendo a aquellas de sus seguidoras que observan con estupefacción esta entrada tan aparatosa en la madurez de la estrella. Demasiado neón, demasiado estilista, demasiado modista, demasiado retoque. Demasiado impoluto todo. Tanto como para que los rumores que siempre acompañaron a su perfil seductor se hayan vuelto a disparar. Y es que no se puede agarrar a la chica con la impecabilidad y rigidez de un Ken y que nadie piense que se está fingiendo una pasión que no se siente. Cuando los veías en las imágenes del enlace inevitablemente escribías un imaginario pie de foto: “La boda de su mejor amiga”.

El guion de una pareja mediática

La primera foto. En marzo del año pasado la revista People aseguraba, en exclusiva, que el actor más carismático de Hollywood tenía nueva novia. Se trataba de Amal Alamuddin, la abogada británica de Julian Assange. Se les vio por primera vez juntos en octubre de 2013, y entoces el artista aseguraba que era simplemente una buena amiga. Meses después, la publicación difundía las primeras fotos de la pareja durante un safari en Tanzania.

El compromiso. La confirmación oficial del compromiso de George Clooney llegó a finales de abril. "Estamos muy contentos", proclamó el padre del actor, el veterano locutor Nick Clooney, a E! Noticias cuando le preguntaron por los planes de boda de su hijo con la abogada. "Nos gusta Amal y estamos muy emocionados por nuestra familia y por ellos".

Anuncio de boda. Fue el propio George Clooney quien dio los primeros detalles a primeros de septiembre: "Me voy a casar pronto, en Italia, en un par de semanas". Y luego mirando a su novia, añadió: "Amal, te quiero hasta la muerte y no puedo esperar a convertirme en tu marido. Estoy muy feliz y enamorado de Amal".

Cita en Venecia. El último fin de semana de septiembre el actor y la abogada se casaban en la ciudad de los canales. Fueron cuatro días de fiesta y dos ceremonias para darse el "sí quiero". Por si no fuera suficiente, la pareja volvió semanas más tarde a organizar una reboda en el Reino Unido para que pudiera acudir toda la familia de Amal. Desde ese día Clooney no para de declarar su amor hacia su esposa. La última vez, al recibir un Globo de Oro honorífico, galardón que le dedicó.

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Sobre la firma

Elvira Lindo
Es escritora y guionista. Trabajó en RNE toda la década de los 80. Ganó el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por 'Los Trapos Sucios' y el Biblioteca Breve por 'Una palabra tuya'. Otras novelas suyas son: 'Lo que me queda por vivir' y 'A corazón abierto'. Su último libro es 'En la boca del lobo'. Colabora en EL PAÍS y la Cadena SER.

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