Los pobres no necesitan que les ayuden
Escuela abandonada y recuperada de Vallecas vista desde fuera
Una niña describe cómo sus padres están sin trabajo y muchas veces no tienen para comer. Cuando le preguntan qué quiere hacer de mayor, responde. “ayudar a los pobres”, como si los pobres fueran ajenos a su realidad.
Los pobres no necesitan que los ayuden. Esa es la primera gran idea. Como decía Daniel Palomeque “No se trata de que intenten darnos de comer con las migajas que les sobran. Las realidades se cambian de abajo arriba y no al revés. Nosotros estamos uniéndonos y trabajando para cambiar nuestra realidad y lo estamos consiguiendo”. Daniel tiene 21 años, trabaja desde los 16 para poder ayudar a sus padres que, pese a que trabajan todo el día, tienen dificultades para cubrir sus gastos familiares. Combina trabajos esporádicos con el cuidado de su abuela, que no se puede quedar sola en la casa de la familia. David cuenta historias sencillas de una realidad muy lejana a la que refleja el auditorio de la Rafael del Pino con el logo de los Global Shapers proyectado en la pantalla detrás. Montse Dominguez dirige magistralmente la entrevista, y se gira hacia Daniel Gomez. Sus padres también trabajan, por suerte, pero tiene un hermano con una discapacidad. Con la ayuda de 500 euros al semestre es imposible hacer frente a los gastos mensuales de su hermano. Son jóvenes que nada tienen que ver con los NINIS. Quieren trabajar, quieren avanzar, quieren cambiar su realidad y la de los que les rodean, porque es justo, ¿por qué ellos no y otros si? Cuando acaba la entrevista hay una ovación cerrada. El público está estremecido.
Para poder seguir leyendo ahora tiene que parar y ver este cortometraje documental de 7 minutos, No Job Land.
Elsa Carmona, la pelirroja protagonista del documental, magnífica, despliega su energía sobre el escenario. “Soy pobre. Lo sé. Pero cuando me veo en el documental no me reconozco. Mi marido y yo nos hemos unido y hemos hecho una bola a nuestro alrededor que nos protege y nos permite seguir adelante. Estoy de acuerdo con los chicos, a nosotros nadie nos va a salvar, nos vamos a salvar nosotros solos unidos frente a este desastre”.
Y llega el momento de Zannou, aclamado director de “El truco del manco”. El escenario le sienta bien, pinta muy estiloso e interesante sentado cómodamente en el sillón de diseño. “A mí no me gusta que me saquen fotos. Nunca me gustaron las fotos porque siempre fui tan mal vestido que no soportaba verme retratado. Estamos aquí hablando al calor y pienso en el frío que hace fuera y me estremezco al pensar en mis padres. El acero en el frio es un elemento helado, y mis padres estarán montando esa gélida estructura de acero del mercadillo en el que trabajan.” Elegantemente, sin miedo ni vergüenza pero tampoco orgullo o desafío, Zannou esboza su infancia, su adolescencia y hasta nos cuenta lo mal que se sintió al recibir el Goya. No es justo que todo cueste más, que el nacer en un tipo de condiciones te estigmatice de por vida. La injusticia es permanente y el individuo se subleva con rabia y coraje. “La rabia yo la transformo en imágenes, en la superación que me convirtió en director de cine. Pero otros se la quedan dentro, y un día esa rabia rebosará. El exterior es insensible a nuestra realidad pero un día nosotros acabaremos por ser insensibles a la suya. Y entonces ya veremos qué es lo que sucede y quien se beneficia de ello.”
¿Y la política? “Yo no creo en los políticos” dice Elsa. “Yo sin embargo sí [asegura Zannou]. Pero no hay gente como nosotros en los entornos políticos. Cuántos gitanos, musulmanes, latinoamericanos o negros hay en las primeras filas de los partidos. Ninguno.” Montse mira a Zannou y le pregunta, “Tú no has pensado dedicarte a la política” “Antes de los 20 hice cosas mal, fui lo que se dice un delincuente…”… Prefiero delincuentes como tú a los aparecen cada día en las noticias sobre política nacional, hemos debido pensar unos cuantos.
Es imposible recoger aquí todo lo que ha sido la sesión. Yo me quedo con la certeza de que la empatía nace del roce, de conocimiento real, no novelado, y reciproco de lo que pasamos todos. Yo no voy a renunciar como persona a encontrar el modo de trabajar junto a gente como Elsa, Zannou y los Danieles para que todos tengamos las mismas oportunidades. Con eso me quedo.
QUE NO HAY LUZ! QUE NO HAY LUZ!, a tientas coño si hace falta te levantas, y avanzas que con esfuerzo alegría detalles e ilusión el niño de la guerra nacido en la noche hoy cumple su misión.
A tientas. BSO del Truco del Manco
Nota:
Si les ha gustado este artículo no se pierdan la sesión de hoy en el #shaperDavos de Oxfam Intermon sobre desigualdad. Lo pueden seguir en directo por streaming de 12 a 13 aquí: http://www.frdelpino.es
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