La Realidad de la Ayuda estaba allí para contarlo
Imagen de la última edición deLa Realidad de la Ayuda.
Enterrado en el cajón de las hombreras y los vinilos de Silvio Rodríguez, tal vez alguno de ustedes conserve todavía un panfleto exigiendo el 0,7% del PIB para la ayuda al desarrollo. Aunque hoy parezca ciencia ficción, hace 20 años las calles de medio país estaban sembradas de acampadas que reclamaban precisamente esto mismo. No ganábamos para emociones: España seguía conmocionada por el genocidio de Ruanda y la guerra de los Balcanes, un puñado de héroes urbanos se habían declarado en huelga de hambre por la cooperación y el Partido Popular de la oposición recibía en su sede a las ONG.
No por casualidad Intermón publicó en 1994 la primera edición de La Realidad de la Ayuda, un análisis serio e independiente de la política de cooperación nacido de la visión y el entusiasmo de su primer director, el memorable Nacho Senillosa. Aquel informe fue un soplo de aire fresco en el debate público y un raro ejercicio de activismo ciudadano frente a unos responsables políticos muy poco acostumbrados a rendir cuentas (en eso los de hoy son súper-vintage).
Veinte años después, La Realidad de la Ayuda sigue siendo la fuente más fiable de información y análisis sobre las políticas españolas de cooperación, algo que dice tanto de la solidez del informe como de las pasmosas carencias de las instituciones oficiales en este ámbito.
En la ciclotímica historia de la Cooperación Española tenemos buenas razones para estar orgullosos. Organizaciones públicas y privadas han situado el nombre de España en medio mundo gracias a la solidaridad, no al peso de sus inversiones o al tamaño de sus ejércitos. El bienestar de millones de hombres y mujeres lleva los apellidos de un esfuerzo que ha luchado contra el hambre en Mauritania, protegido el patrimonio cultural de América Latina y desplazado las fronteras del conocimiento en Mozambique. Soldados y civiles han arriesgado sus vidas protegiendo las de los demás en conflictos, desastres naturales y campos de refugiados. Todos nos reconocimos en la cooperación porque la cooperación ha contribuido a dignificarnos como sociedad.
Tal vez porque hemos conocido lo mejor de nosotros mismos resulte tan difícil explicar que todo haya sido borrado de un plumazo. La deconstrucción de la ayuda española (que hoy está en niveles de los años 80) responde en parte a los aldabonazos presupuestarios de la crisis, pero sus debilidades estructurales vienen de lejos. Los líderes comprometidos de ambos colores políticos se han alternado con personajes berlusconianos o simplemente incapaces cuyas acciones lastraron durante años los esfuerzos por modernizar el sistema. Instituciones, discurso y sistema de información se asemejan a los edificios tardo-franquistas que les acogen. Y no ha ayudado la proliferación de unas ONG tan ensimismadas en gastar los recursos públicos que nunca se preocuparon por apuntalar la independencia que les define como sociedad civil.
El hecho de que no hayamos podido impedirlo no significa que no nos hayamos dado cuenta: la Realidad de la Ayuda estaba allí para contarlo.
Hoy celebramos su cumpleaños. Si se animan a unirse al guateque, estaremos en el MediaLab Prado de Madrid (Alameda 15) a partir de las 11.30. El programa promete. Pueden consultar todos los detalles en el recién estrenado portal del informe y seguir por streaming el evento desdela web de Oxfam Intermón.
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