7 fotosEl refugio de los nuevos creadoresEl Art Palace Hotel es una residencia que nació para permitir a los artistas noveles crear con medios. Una muestra en Shanghái reúne 139 obras de artistas de 34 países. 09 ene 2015 - 00:03CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinBlueskyCopiar enlaceYi Ling (Singapur, 1983) encontró en los muros del viejo Shanghái los mismos números y grafía que su abuelo pintaba por las paredes tras abandonar China. No eran consignas políticas o los típicos dibujos que adornan las calles. Solo números y letras. Nunca pensó en trabajar sobre ellos, pero ahora las fotos de los grafitis forman parte de su obra, que compagina con su trabajo como dibujante. “Soy una dibujante, no una ilustradora. Me niego a hacer impresiones o pósteres de mis obras”.Jonathan FongEl edificio donde se ubica la residencia de artistas, en la que conviven 18 creadores, fue construido como un hotel a principios del siglo pasado, cuando la ciudad se conocía como la Perla de Oriente. El Hotel Peace permaneció abandonado durante los años de la revolución maoísta, aunque se salvó de la destrucción que acompañó todo lo que la revolución comunista consideraba burgués. En la foto, uno de los artistas alojados en la residencia, en pleno proceso de creación en su luminoso estudio.Jonathan FongLa mexicana Sofía Ortiz apenas lleva un mes en Shanghái. No es la primera vez que disfruta de una beca artística. Como pintora, necesita dividir su trabajo en distintas fases. Le asusta enfrentarse a “la página en blanco”. Guarda un archivo de dibujos propios de flora y fauna al que recurre cuando empieza una obra. Tira de archivo o, como ahora en Shanghái, inicia un proceso de investigación con un microscopio, adquirido en la ciudad, en el que disecciona bayas o grillos o cochinillas que cazó en el muelle de esta megalópolis de 24 millones de habitantes, y que luego convertirá en acuarelas.Jonathan FongUno de los artistas del Art Peace Hotel en una exhibición callejera. Miles de personas pasean cada día por el Bund, el barrio donde se ubican algunos de los edificios de la época colonial de Shanghái y el paseo junto al río, desde el que se tiene una de las vistas más impactantes de la ciudad: el conjunto de torres que conforman el distrito financiero. De noche brillan iluminadas con luces de neón de colores mientras los barcos de vela y los cargueros navegan al alcance de la mano.Jonathan FongPaolo Cavinato no es precisamente un artista que empieza. Sus esculturas y pinturas se han exhibido en medio mundo. Optó a la beca artística porque necesitaba alejarse de Italia y concentrarse en su obra. Aterrizó en Shanghái en pleno luto, con el corazón encogido tras la muerte de su madre. El pasado noviembre volvió a Mantua, tras seis meses en la residencia, con la sensación de haber enriquecido su visión como artista en contacto con un mundo nuevo. Personalmente Cavinato se define como especialista en el espacio y en la perspectiva: “Me gusta trabajar lo abstracto, que es la frontera entre el espacio finito y el infinito”.Jonathan FongChiara Luzzana vive de grabar sonidos callejeros que luego reconvierte en ritmos o melodías que recuerdan a la música electrónica. En la calle, armada con sus cascos y una grabadora, capta los movimientos de las cosas y las personas. A veces debe esperar durante horas que algo suceda, pero presume de poder reflejar “el sonido de una lágrima”. Luego, en el estudio, reconvierte lo grabado: “Nunca un sonido vuelve a ser como el original”. Ya ha regresado a Milán.Jonathan FongNo es frecuente encontrar artistas pintando en el centro de la capital china. El régimen comunista controla todas las actividades callejeras. La inauguración de Face & Traces, que incluía actividades en el paseo a la orilla del río, pasó todos los controles. También el acceso a Internet está vigilado. Hay restricciones de contenidos y algunas de las webs de periódicos están censuradas, como la de elpaís.com. Pero una clase media emergente llena las calles haciendo fotografías sin parar.Jonathan Fong