Sombras en los museos
Ha muerto mucho antes del tiempo debido el profesor Ángel González García. Museos y galerías se han llenado de sombras. Sin embargo, en los lienzos, por su memoria, resplandece la albura y los colores de esos cuadros, que con su magisterio lúcido y transgresor nos explicaba, brillan en su homenaje. Nunca aprendí tanto salvo cuando asistí a sus clases de arte de los siglos XIX y XX. Nadie me transmitió la inquietud que me otorgó y nunca podré agradecer esa mirada lúcida y sabia con la que nos descubría las otras caras de la creación. Hace poco menos de 40 años tuve la suerte de ser su alumno. El año pasado, acompañando a un amigo mío, alumno suyo el curso anterior, fui a su clase, esas clases sabias e irrepetibles. No acudió. Dijeron que estaba enfermo. No pude volver a disfrutarlo, pero nada me hará olvidar su magisterio, la inmensa gratitud debida. Descanse en paz, egregio profesor; tus alumnos, los de entonces y los de ahora, nunca te olvidaremos.— José Antonio Martínez Lamoca.