No son juguetes
Regalar animales de compañía a los niños, amigos o familiares es precioso, a todos hace ilusión. Pero pocos son conscientes de la realidad de tener un nuevo amigo en casa. Nuestras mascotas dependerán de nosotros más allá de Reyes y mucho más allá de ser esas encantadoras bolitas de ojos saltones que caben en la palma de nuestra mano y no podemos dejar de mirar. Al igual que nosotros, ellos necesitan comer, hacer sus necesidades, tener sus cuidados y envejecer en buenas condiciones. No crean que a ellos se le acaban las pilas y se les puede dejar en un cajón.
Solo me gustaría que tomáramos conciencia de la responsabilidad que supone tener un animal, y poder evitar así el abandono (se abandona un animal cada tres minutos), el superávit en perreras o, en el peor de los casos, en las cunetas de las carreteras. Si por el contrario sois de los que podéis y queréis dedicar vuestro tiempo a estos mejores amigos, os invito a que os informéis de los muchísimos animales abandonados que necesitan un hogar y que os van a querer tanto como los comprados.— Antonia Marroig Panteno.
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