Festividades consumistas
Falta un mes para la Navidad. Ya están llevándose a cabo todos los preparativos para la que algunos es una de las temporadas más bonitas del año. El anuncio de la Lotería ya está aquí y las calles se iluminan con las luces típicas.
¿Nos hemos parado a pensar en la gran cantidad de dinero que nos gastamos para estas fechas? Ya sabemos que es mucho. No solo se trata de comprar regalos, sino que también nos gastamos grandes cantidades en decoración y comida. Por muy bonita que sea la Navidad, es una festividad que se ha comercializado totalmente por intereses del capitalismo. Incluso los regalos están perdiendo su valor más emocional o sentimental: solo hay que ver como la mayoría de niños abre los paquetes sin fijarse en lo que hay dentro, para apartarlos y seguir abriendo los demás.— Marta Miñarro Rey.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.