La presión del emprendimiento
Es agotador que todo el mundo espere y dé por sentado que por ser joven automáticamente eres un emprendedor. Que por tener 21 años tienes que tener la cabeza llena de ideas de nuevas empresas, nuevos productos increíbles y servicios fantásticamente innovadores. Sea por la razón que sea: asegurarse que en un futuro la juventud sacará adelante el país, o porque es realmente algo que se espera de nosotros como si se tratara de un tipo de obligación, los jóvenes sufrimos una presión invisible —pero muy real— sobre qué hacer con nuestras vidas y, sobre todo, que cualquier cosa que hacemos sea revolucionaria o, cuando menos, rentable.
Como si no fuera lo suficientemente difícil pasar por esta etapa en la que te tienes que construir, encontrar y decidir quién eres (tanto personal como profesionalmente), hoy en día tenemos que aguantar todas las expectativas que la sociedad espera y nos impone. Quizás si estos niveles se redujesen, dejarían un espacio superior para pruebas y errores, e incluso nos permitiría respirar y hacerlo todo mejor.— Oriol Planas.
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