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El divorcio multimillonario del ‘J.R. del fracking’

El acuerdo de separación de Harold Hamm, 800 millones de euros, es el más caro de EE UU

El empresario petrolero Harold Hamm y su exmujer, Sue Ann, en 2012.
El empresario petrolero Harold Hamm y su exmujer, Sue Ann, en 2012.

La popular serie televisiva Dallas retrataba el boom petrolero en el Estado de Texas en los años setenta a través de los entresijos de las familias Ewing y Barnes. Ahora, el boom se vive en el norte de Estados Unidos, junto a la frontera con Canadá. La controvertida técnica del fracking -la fracturación hidráulica- ha disparado la producción de petróleo en Estados Unidos y ha hecho multimillonarios a muchos emprendedores. Uno de ellos es Harold Hamm, que, salvando las distancias, podría equipararse al personaje de J.R. de Dallas.

Hamm, de 68 años, es noticia porque el lunes un juez del Estado de Oklahoma dictaminó que debe pagar 995 millones de dólares (800 millones de euros) a su exesposa. Es uno de los acuerdos de divorcio más caros de la historia de este país. Hamm es el consejero delegado y accionista mayoritario de la empresa petrolera Continental Resources. Es propietario del mayor descubrimiento de petróleo de las últimas décadas, la formación Bakken en Dakota del Norte y Montana. Su fortuna neta supera los 18.000 millones de dólares (14.400 millones de euros), según la revista Forbes, lo que le sitúa como la vigésimo cuarta persona más rica de EE UU.

Pero sus orígenes son muy humildes. Es el más pequeño de trece hijos de una familia de Oklahoma, en el sur de EE UU, que trabajaba cuidando haciendas. Se pasó su niñez viajando de un campo de algodón a otro. “Hablaba como un paleto”, rememora un amigo de Hamm en el libro The Frackers en el que Gregory Zuckerman, periodista del diario The Wall Street Journal, retrata a las grandes figuras de la revolución energética. “La gente creía que era un estúpido pueblerino”.

Como adolescente, Hamm empezó a interesarse por el petróleo al trabajar en una empresa de transporte de camiones de gasolina. Más tarde se inició en la extracción de crudo. Y en los años ochenta conoció la formación Bakken que le haría multimillonario. Hamm ya era rico cuando en 1988 se casó con Sue Ann, su segunda esposa. La pareja entró en crisis hace una década y ella empezó a documentar en grabaciones las infidelidades de Harold. Pero hasta 2012, con el inicio del proceso de divorcio, no salieron a la luz estas tensiones.

Ahora, gracias al acuerdo de separación, la exesposa podría adentrarse en el ránking de Forbes de las 100 mujeres más acaudaladas de EE UU. Aún así, los casi 1.000 millones de dólares de compensación son mucho menos de lo que quería esta mujer de 58 años y que desde hace siete no vive con el magnate del fracking. Los abogados de Sue Ann reclamaron durante las nueve semanas de juicio que recibiera la mitad del patrimonio matrimonial, que se estima en al menos 17.000 millones de dólares (13.600 millones de euros).

La pareja entró en crisis hace una década y ella empezó a grabar las infidelidades de Harold

Ninguno de los dos ha decidido si recurrirá la sentencia judicial. El magistrado Howard Haralson dictaminó que Harold Hamm debe pagar a finales de este año un tercio de la compensación a su exmujer. El resto se repartirá en los meses siguientes. Para garantizar el pago, el juez acordó una orden de retención de las acciones del magnate equivalentes a la suma del acuerdo de divorcio.

Los 800 millones de euros quedan muy lejos de los 3.200 millones que este año pagó el oligarca ruso Dmitry Rybolovlev a su exmujer. Pero supone uno de los acuerdos de divorcio más elevados hechos públicos en Estados Unidos.

El caso de los Hamm es distintivo por dos factores. De un lado, cuando se casaron no firmaron ningún acuerdo prematrimonial de división económica. Y del otro, la ley de Oklahoma establece que el dinero de una pareja es sujeto a una “distribución equitativa” si se ha amasado por medio de habilidades personales.

Se trata de un matiz crucial: ante el juez, los abogados del magnate argumentaron que el hecho de que el valor de Continental se multiplicara por 400 durante los 26 años de matrimonio fue principalmente fruto de factores externos, como el incremento del precio del petróleo. Con ese fin, la empresa, incluso, retiró frases sobre el “criterio empresarial” de Harold Hamm en su informe anual. En cambio, los letrados de la exesposa esgrimieron que las habilidades del multimillonario fueron clave en el auge de la compañía. En su dictamen, el magistrado optó por una posición intermedia: señaló que Hamm jugó un papel central en el crecimiento empresarial, pero que también intervinieron otros directivos y factores externos. Por ello, su exesposa no consiguió la mitad del patrimonio de este J.R. del fracking.

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