Solidaridad africana
La alarma que provoca el ébola ha hecho que sean muchos los países que envíen ayuda a África occidental para terminar con la epidemia. Son las organizaciones humanitarias como Médicos sin Fronteras o Cruz Roja, entre otras, las que están cargando con el grueso de la intervención.
Pero también los estados quieren ayudar y algunos responden con dinero, otros con tropas militares y algunos con personal sanitario, que son muy necesarios dada la caótica red de salud con la que cuentan los países más afectados por el virus: Guinea, Sierra Leona y Liberia, y el alto porcentaje de muertes del personal sanitario de estos países tras infectarse al tratar a pacientes con la enfermedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que el 8 % de los fallecidos por ébola son personal sanitario.
De ahí que sea tan importante y urgente el envío de doctores y enfermeros para atender a los afectados y combatir la enfermedad.
Sin embargo, algunos países, como Estados Unidos o Reino Unido, han optado por enviar tropas. Muchas de ellas pueden ser utilizadas para construir centros para tratar a los enfermos. Por su parte, la Unión Europea ha decidido destinar 24.4 millones de euros a la búsqueda de una vacuna contra la enfermedad.
Hasta el momento, Cuba es el país que lidera el envío de personal sanitario, con 250 cooperantes.
Desde el comienzo de la crisis la respuesta dada por los países africanos ha sido muy criticada. La OMS echó en cara a los países vecinos de Guinea, Sierra Leona y Liberia que cerrasen sus fronteras para impedir la llegada del ébola, diciendo que así lo único que hacían era empeorar la situación al impedir la llegada de material necesario para combatir la enfermedad.
También, el pasado 26 de agosto, el Ministro de Asuntos Exteriores de Liberia, Augustine Ngaguan, criticó a sus colegas africanos por no dar una rápida respuesta a la crisis del ébola con la que se enfrentaban.
Muchos analistas comentan que con su lentitud a la hora de responder al brote de ébola, la Unión Africana (UA) ha perdido una gran oportunidad para demostrar que los pilares sobre los que fue construida, la solidaridad y no el proteccionismo, siguen vigentes.
Ahora, seis meses después de que surgiera la crisis sanitaria actual, la Unión Africana parece querer cambiar la situación y organizar la respuesta solidaria del continente a la lucha contra el ébola. El organismo ha prometido donar 1 millón de dólares al fondo creado por las Naciones Unidas para combatir la enfermedad, lo cual supone una aportación mínima al objetivo puesto de conseguir mil millones de dólares.
A mediados del mes de octubre, la Secretaria General de la Unión Africana, la sudafricana Nkosazana Diamini Zuma, durante una visita a Freetown, la capital de Sierra Leona, en un esfuerzo para demostrar que los países del continente están reaccionando ya a la emergencia, anunció que algunos de ellos ya se han comprometido a sumare a la lucha contra la enfermedad y pidió al resto de los países africanos que se dieran más prisa en dar una respuesta positiva a la crisis.
El llamado de la Secretaria General de la UA ha provocado la movilización de muchos de los países del continente. Así Nigeria, en la actualidad la primera economía africana y que fue declarada un país libre de ébola por la OMS el pasado 20 de octubre, se ha comprometido a enviar 600 voluntarios, entre doctores y enfermeros, para luchar contra la enfermedad.
La República Democrática del Congo, que ya ha sufrido seis epidemias de ébola desde que la primera fuera detectada en 1976, también se ha comprometido a enviar 1.000 voluntarios.
La última contribución ha llegado de la mano de Etiopía que se ha comprometido a donar a Guinea, Sierra Leona y Liberia 500.000 dólares y un grupo de 200 enfermeros y médicos. Además, el Ministro de Salud etíope se ha comprometido a apoyar a los hospitales de estos tres países para que pueda seguir atendiendo a personas afectadas por otras enfermedades que no sean el ébola.
Este efecto secundario de la crisis, el que en los centros de salud no se pueda atender otras enfermedades debido a la desaparición del personal sanitario o a la concentración de todos los esfuerzos en la detención de la epidemia de ébola, es un gran problema en los tres países de África occidental. Además, está surgiendo el miedo, entre las organizaciones internacionales, de que muchos de los logros alcanzados en la zona durante las últimas décadas en la lucha contra la polio, la malaria o la mortalidad infantil, entre otros, puedan sufrir un grave retroceso debido a esta crisis.
Con anterioridad al llamado realizado por la Secretaria General de la Unión Africana, los países del África del este ya se habían anunciado que van a enviar 619 voluntarios, incluyendo 41 doctores a África occidental. Kenia enviará 15 doctores y Uganda 14, Ruanda 7 y Tanzania 5. Burundi se ha comprometido con 250 trabajadores sanitarios y Kenia con 300.
Los medios de comunicación occidentales están ignorando esta realidad y centrándose en la gran ayuda que aportan los países del norte. Repiten, una y otra vez, que a pesar del crecimiento económico del continente, este no es capaz de dar una respuesta solidaria a una crisis como la del ébola, a pesar de que, como hemos visto, las cosas han cambiado en las últimas semanas.
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