¿Ansía Iglesias un programa de televisión?
Polémica por un titular alusivo a unas declaraciones del líder de Podemos. Quejas por la falta de información sobre la manifestación organizada coincidiendo con la visita de los Reyes a Oviedo
Podemos ha revolucionado la escena política española, y EL PAÍS, consciente del interés que este movimiento despierta en sus lectores, le ha dedicado amplio espacio. Prueba de ello es el despliegue realizado entre el 18 y el 28 de octubre, coincidiendo con la celebración de la asamblea constituyente de la plataforma, y posterior proceso de votación de las ponencias sobre estructura interna y estrategia por parte de sus bases. Si no he contado mal, se han dedicado a este capítulo nueve crónicas informativas, seis artículos de opinión y un editorial. Eso por lo que respecta a la edición impresa. En la digital, la cifra se incrementa considerablemente con aportaciones multimedia. De todo ese material, dos textos han provocado mensajes críticos de los lectores, el editorial del 19 de octubre, titulado Podemos se organiza, y una crónica publicada el lunes 27 de octubre en la edición impresa, (la noche del 26 de octubre, en la digital) bajo el título Pablo Iglesias ansía tener un programa de televisión si llega a ser presidente. Voy a ocuparme de la información, a la vista de las muchas reacciones que ha provocado. Ilustrada con una foto de Iglesias, ocupaba cuatro columnas y estaba firmada por EL PAÍS.
El texto hacía referencia a la entrevista al líder de Podemos emitida la noche del domingo 26 de octubre por la cadena de televisión laSexta en el programa Salvados del periodista Jordi Évole. En realidad, la referencia a la conversación se limitaba casi por completo a la respuesta que daba Iglesias a la pregunta que le hacía Évole sobre si le gustaría disponer de un programa de televisión para responder a los ciudadanos, caso de llegar a La Moncloa. Los lectores que me han escrito ven en el titular y en la mención que recoge el texto un deliberado intento de distorsionar el contenido de la entrevista. María Paz Salido envía un breve mensaje a la Defensora. “Escuche usted misma la entrevista de Jordi Évole a Pablo Iglesias emitida el domingo por la noche y lea después el titular que sobre este tema sacó EL PAÍS el lunes 27: ‘Pablo Iglesias ansía un programa de televisión si es presidente’. Eso es mentir”.
María José Contreras se queja de que se emplee un verbo, “ansiar”, que constituye, dice, “una distorsión clara que no se ajusta a lo que el político dijo. De hecho Jordi Évole tuvo que insistir en la pregunta porque Iglesias no contestaba con claridad (si lo ansiara se habría pronunciado con rotundidad)”. Miguel Pousa señala: “No es razonable que del programa Salvados se extraiga semejante conclusión y es tremendamente exagerado utilizar la palabra ansía. Soy un lector habitual de este diario y siento escribir que cada vez me cuesta más leer algunas noticias, sobre todo las relacionadas con Podemos”. Otro lector, Manuel Corral, se refiere al artículo con una palabra: “Mentira”. Alfonso Ceberio indica: “Cualquier persona que viera la entrevista se daría cuenta que bajo ese titular sólo puede esconderse una intencionalidad perversa”. Y añade: “Los no avisados deducirían de estas declaraciones un egocentrismo manipulador comparable (¡Oh my God!) al de Chávez, con el que casualmente se le vincula día sí y día también”.
David Alandete, director adjunto de EL PAÍS, contesta a los lectores. “En su entrevista televisiva Pablo Iglesias fue preguntado por la posibilidad de tener un programa de televisión si llegara a ganar la presidencia. Él dijo: “¿Te imaginas?,... hostia, eso molaría, dar la cara, un presidente que se junta cada mes con cinco periodistas cabrones como tú, en lugar del rollo de ahora, de pantalla de plasma o con dos preguntas de colegas. Igual sí”. Empleó “la hostia”, una expresión coloquial que la Real Academia describe como un vulgarismo similar a “mucho”, “con abundancia”, de ahí que optáramos por el verbo “ansiar” en el titular, explicando después que en ese espacio se respondería “a los ciudadanos desde la presidencia del Gobierno”. En la crónica, EL PAÍS dio detallada cuenta de muchas otras ideas y propuestas desgranadas por el líder de Podemos. No hay crítica implícita o explícita en el titular.
La entrevista de Évole a Pablo Iglesias, que me he molestado en ver, tiene 58 minutos de duración, y en la noticia aludida apenas se le dedica una veintena de líneas, encabezando un texto concebido como un previo, en el que se anunciaba que Podemos presentaría ese mismo lunes su estructura y estrategia, votadas por 190.000 personas. “Al tratarse de un previo, incluimos el elemento de la entrevista, que era novedoso, y titulamos con él. Posteriormente dimos amplia información sobre los resultados de las votaciones en Podemos”, explica Alandete.
Entiendo el interés periodístico de actualizar el previo con una mención a la entrevista, pero creo que al dedicarle un titular a cuatro columnas, deberíamos haberla reflejado con más amplitud en el texto.
Ansiar es un verbo que implica un deseo vehemente, según la RAE
En cuanto al verbo ansiar, objeto principal de las críticas, su significado no es otro que “desear con ansia”. Lo que nos remite al término “ansia”, que el diccionario de la Real Academia define como “deseo vehemente o impaciente”. El Diccionario Ideológico de Julio Casares, bajo el término “ansia” indica: “malestar, desasosiego”. No aprecio desasosiego ni vehemencia alguna en la mencionada respuesta de Iglesias.
Otra noticia, o mejor dicho, su ausencia, ha sido objeto estos días de cartas de protesta. Algunos lectores echaron en falta una mención en el diario a la manifestación del pasado 24 de octubre organizada en Oviedo coincidiendo con la visita de los Reyes a la ciudad para entregar los Premios Príncipe de Asturias. El tema se mencionó de pasada, en un par de líneas de una crónica de la sección de Cultura.
Un lector, Francisco Carantoña, me escribe lo siguiente, “a pesar de que estoy en la cincuentena, todavía conservo cierta ingenuidad y no pierdo la esperanza de que mi opinión, que seguro que es la de muchos más lectores, pueda influir en que se corrija la deriva del periódico del que soy suscriptor y lector desde su primer número. Me ha dejado asombrado que ni en la página web, ni en la edición impresa de hoy [25 de octubre] aparezca la mínima mención a la manifestación republicana que recibió ayer a los Reyes cuando se acercaron al teatro Campoamor de Oviedo”.
Francisco Javier García señala, por su parte, refieriéndose al mismo acto: “Se supone que hubo unas marchas por la dignidad que protestaban por los recortes a los que hemos sido sometidos desde las distintas Administraciones, y digo se supone, porque en la edición impresa del diario del día 25 de octubre, dichas protestas no tuvieron cabida, una decepción más que me llevo con el que ha sido mi periódico durante mucho tiempo. Ahora parece que tienen más cabida en él los escritos del señor Rajoy o de la señora Botín”.
Jorge A. Rodríguez, responsable de Noticias, se disculpa por esta omisión. “Si los lectores echaron de menos información sobre las protestas en Oviedo es porque, sin duda, fue un error de valoración el no hacer referencia a la tradicional manifestación que acompaña a los premios, a la que sí hicimos referencia en las ediciones de 2012 y 2013. No obstante, los premios fueron cubiertos por un solo redactor, que por cuestiones de seguridad de la Casa Real, tuvo que entrar con mucha antelación en el teatro, por lo que no podía estar a la vez en el interior del auditorio y en la llegada de los Reyes. No es una excusa, dado que había teletipos, pero es la realidad”. Efectivamente, las agencias, y otros medios, sí informaron de la concentración.
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