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Los otros herederos de Bernard Arnault

Delphine y Antoine representaban hasta hace poco la imagen de la continuidad en el imperio del lujo LVMH. Son los hijos mayores del gran empresario Pero ahora han irrumpido los que tuvo con su segunda esposa: Alexandre, Frédéric y Jean. Aunque ellos todavía no han terminado sus estudios, ya frecuentan la empresa familiar

Los otros herederos de Arnault.
Los otros herederos de Arnault.Getty Images

Las quinielas apuntan habitualmente a los dos hijos mayores de Bernard Arnault, fundador y presidente del mayor grupo de lujo del mundo Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH), para retomar las riendas del imperio familiar. Tanto Delphine, de 39 años, como Antoine, de 37, llevan años curtiéndose en altos puestos, en Dior y Vuitton en la caso de ella, y en Berluti en el de él. Pero la mayor fortuna de Francia, estimada en 2014 en 27.000 millones de euros, puede contar también con sus otros tres hijos, Alexandre, Frédéric y Jean, fruto de su segundo matrimonio con la pianista canadiense Marie-Hélène Arnault. Protegidos de los focos por el clan Arnault, se conocen pocos detalles sobre su recorrido. Pero todo apunta a que empiezan a labrarse su propio (y prometedor) camino para postularse como dignos herederos.

Con su media melena y su flequillo de lado, el mayor de este segundo matrimonio, Alexandre, de 21 años, un chico alto, delgado y apuesto, se deja ver desde hace un tiempo en los desfiles. Durante la pasada semana de la moda de París asistió, entre otros actos, a la presentación de la colección de Céline, una de las más de 60 firmas que engloba LVMH, que incluye nombres tan míticos como Guerlain o Givenchy. Hace un par de años que Alexandre, hasta ahora conocido sobre todo por su carrera de pinchadiscos —con el apodo DJ Double A—, ha decidido dejar la música electrónica para centrarse en sus estudios de Ingeniería, tras pasar por el prestigioso liceo público parisino de Louis-le-Grand.

“Me apasionan mis estudios”, confesaba a la publicación especializada Women’s Wear Daily durante el desfile de hombre de Dior el pasado mes de enero. De cara al futuro, se mostraba muy prudente y aseguraba estar todavía indeciso sobre si lanzar su propia empresa de tecnología una vez terminados sus estudios o dedicarse de pleno al mundo de la moda. A unos reporteros del programa televisivo Complément d’enquête que le preguntaban hace un año si pensaba retomar las riendas de manos de su padre, el joven respondía: “Ya veremos, de momento, aprendo”.

El empresario cuida con celo el aprendizaje de sus vástagos. No quiere niños ricos que no sepan trabajar

Bien encaminado está también el siguiente hermano, Frédéric, de apenas 19 años y del que solo existen un par de fotografías públicas: una con sus dos hermanos disfrutando de un partido de tenis en Roland Garros y otra con su madre durante una entrevista por la salida de su libro en 2009. El que fuentes cercanas a la familia califican de “sin duda el más brillante” de los hermanos, según la revista francesa Challenge, acaba de ingresar en la prestigiosa escuela de ingeniería de Polytechnique, la misma por la que pasó su padre medio siglo antes. En los exámenes de entrada ha quedado el 25 sobre un total de más de 300 admitidos, unos resultados especialmente destacables.

El más pequeño y todavía menor de edad, Jean, de 15 años, sigue totalmente alejado de la vida pública y la familia mantiene el silencio absoluto sobre él. Tan solo se sabe que, al igual que sus hermanos, su padre y su madre, es un excelente pianista, aunque antes estuvo unos años coqueteando con la guitarra. Combinar negocios y aprendizaje cultural es parte de la receta del empresario para formar a sus herederos.

De hecho Arnault cuida con especial recelo el aprendizaje de sus primogénitos. Uno de sus temores es criar a unos multimillonarios que no sepan trabajar y dilapiden su fortuna en coches de lujo y fiestas. Como ya hizo con Delphine y Antoine, sigue de cerca los estudios de sus hijos —echándoles una mano cuando hace falta— y los lleva regularmente a visitar los locales y los talleres de las firmas del grupo para que estén bien preparados. “Cuando no tengo clase me gusta mucho venir con mi padre en sus giras habituales por las tiendas y aprender, es importante”, señalaba en un documental Alexandre al acompañar a su padre a la casa Guerlain en los campos Elíseos.

Delphine Arnault.
Delphine Arnault.Cordon press

Aunque la verdadera preocupación del hombre más rico de Francia y 15ª fortuna mundial, según el último ranking de la revista Forbes, es una disputa familiar para la sucesión. Es por ello que, según ha asegurado, creó en 2008 en Bélgica una fundación para velar sobre su herencia en caso de desaparición repentina y que debe cumplir con una triple misión: prohibir durante diez años a sus cinco hijos vender sus acciones (la familia suma el 46% de LVMH), votar siempre juntos en los consejos de administración y acordar la dirección del grupo.

La relación entre los hermanastros parece en cualquier caso muy fluida, según se desprende de sus raras apariciones públicas e incluso de sus conversaciones en las redes sociales. Delphine y Antoine, hijos del primer matrimonio de Arnault con Anne Derwarvin y retratados como los principales aspirantes (por edad) a heredar el trono, se comprometieron cuando iniciaron su camino en la empresa a ponerse siempre de acuerdo en la cuestiones familiares.

Los dos mayores, ambos formados en las grandes escuelas de comercio, hacen carrera de forma paralela. Ella empezó en Dior y desde el año pasado es subdirectora de Vuitton. Antoine, el único mediático de la familia y conocido por su relación con Natalia Vodianova —con quien acaba de tener su primera hija (la modelo tiene otros tres)—, dirigió la comunicación de Vuitton y desde hace unos años busca dar un nuevo aliento a la firma italiana Berluti.

A los cinco primogénitos se suman los dos sobrinos de Arnault, Ludovic (33 años) y Stéphanie (31 años). Son hijos de su hermana Dominique Watine-Arnault, fallecida en 2006, y su perfil es todavía más discreto que los de sus primos: tan solo se sabe que ambos trabajan en el grupo familiar y que él dirige las inversiones inmobiliarias de LVMH. Sobre todo, se sabe que Arnault los incluye entre sus posible sucesores. En una poco habitual entrevista a la televisión France 5 hace algo más de un año indicaba: “Creo que llegado el momento seré lo suficientemente objetivo para designar entre mis cinco hijos y mis dos sobrinos a quien será capaz de asumir esta tarea”.

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