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TUITOLOGÍA

¿Es pecado publicar fotos retocadas?

Varios fans critican a Beyoncé por editar presuntamente una imagen de su cumpleaños, pero la raya puede ser muy fina entre un retoque y un filtro

Tom C. Avendaño
La foto de la polémica que publicó en Internet Beyoncé.
La foto de la polémica que publicó en Internet Beyoncé.

33 escaleras

Esta semana un buen número de internautas ha tenido la oportunidad de abonarse a uno de tres nuevos bandos. Los escandalizados porque Beyoncé ha subido a Tumblr una foto en la que parece tener retocada la entrepierna para que se intuya que hay más espacio entre los muslos. Otro: los ultrajados defensores de la cantante, que alegan que la mujer más poderosa del mundo (sic) tiene cosas mejores que hacer que retocar sus imágenes para las redes sociales. Y el último aglutina a quienes no tienen ninguna opinión al respecto, a los que desconocían esta historia y a los que les da exactamente igual todo esto.

La cantante publicó una foto de su 33 cumpleaños, celebrado en un yate a principios de mes. Salía bajando unas escaleras de la embarcación. Uno de los peldaños que tenía a sus espaldas aparecía algo torcido a la altura de los muslos. Estas torceduras suelen resultar de una manipulación rápida con Photoshop. Los desconfiados sostienen que el hueco entre los muslos de la diva es demasiado grande, casi como si pretendiera tener la forma de un thigh gap, hendidura bajo la entrepierna muy perseguida en 2013. Es más, proseguía la acusación, no era la primera vez que Beyoncé manipulaba sus fotos antes de subirlas a la Red. Los ultrajados defensores, además de negarlo, contestaron que casi todas las famosas manipulan sus fotos. Y entonces llegaron a la pregunta más interesante de todas, ¿por qué no iban los famosos a manipular sus imágenes?

El Photoshop feroz

Una de las pulsiones colectivas más profundas y recientes de la sociedad es el rechazo al programa de edición gráfica. Como sentimiento, es bastante potente. Combina el consuelo —“Esta persona es más guapa porque está photoshopeada”— con la paranoia —nada da más morbo que ver dónde se ha manipulado una imagen que se prometía virgen—. Hay quien incluso le suma un razonable componente feminista: ¿por qué casi siempre se utiliza para someter a una mujer a unos cánones de belleza asfixiantes? Manipular imágenes es, pues, generar rechazo entre el público. Pero, ¿por qué, si el público usa filtros en Instagram?

El 2.0 todo lo cambia

Publicar en las redes sociales es un contrato: se sube una imagen usando las mismas herramientas que los demás. Lo que no está al alcance de todos no es compartir, sino enseñar. La gracia de la fama 2.0 es la ficción de que Beyoncé comparte momentos con el público. Cuando pasa esto, recuerda que solo enseña muslos.

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Sobre la firma

Tom C. Avendaño
Subdirector de la revista ICON. Publica en EL PAÍS desde 2010, cuando escribió, además de en el diario, en EL PAÍS SEMANAL o El Viajero, antes de formar parte del equipo fundador de ICON. Trabajó tres años en la redacción de EL PAÍS Brasil y, al volver a España, se incorporó a la sección de Cultura como responsable del área de Televisión.

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