Todos entran, pero solo algunos salen. Es el centro de aislamiento del hospital que gestiona MSF en Sierra Leona, un campo de batalla contra el ébola
Madrid -
Sahr, de 11 años, y su hermano Tomba de cuatro, (nombres ficticios), pasaron dos días en un área separada a la espera de que les dieran los resultados de las pruebas del Ébola.Joffrey MonierDos médicos trasladan en camilla a una paciente que se encuentra muy débil. Estuvo en contacto con personas contagiadas de Ébola.Sylvain Cherkaoui/Cosmos Un equipo médico hace la ronda en la zona de pacientes de alto riesgo.Sylvain Cherkaoui/CosmosUn doctor de MSF ayuda a un joven paciente, de quien se sospecha que padece Ébola, a salir del vehículo que le ha trasladado al centro de Kailahum.Sylvain Cherkaoui/CosmosUnas enfermeras reciben los platos de comida que luego darán a los pacientes. Sylvain Cherkaoui/CosmosUn equipo de doctores muestra el camino hacia el centro de aislamiento a una joven paciente que ha contraído el Ébola.Sylvain Cherkaoui/CosmosDos pacientes esperan dentro de una ambulancia de la Cruz Roja a ser admitidos en el centro de aislamiento de Kailahun.Sylvain Cherkaoui/CosmosUn equipo médico se prepara para entrar a la zona de aislamiento.Sylvain Cherkaoui/CosmosUn médico da agua a un paciente ingresado en la zona de aislamiento.Sylvain Cherkaoui/CosmosEn el bosque, a unos pocos metros del centro de aislamiento de MSF, un equipo de la Organización Mundial de la Salud entierra a los pacientes que no superaron el virus del Ébola. Allí rezan juntos musulmanes y cristianos.Sylvain Cherkaoui/Cosmos