Calas preciosas, pero peligrosas
El riesgo de desprendimiento en ciertas playas de difícil acceso no frena a los bañistas
Llegar a una cala escondida, lejos de esas playas masificadas que suelen ser imagen de la España de vacaciones, puede tener un precio. Aunque estas playas son un destino muy solicitado, existen ciertos peligros. Al acceder a muchas de ellas, grandes carteles suelen alertar a los bañistas del mayor riesgo de todos: los posibles desprendimientos de grandes rocas desde los acantilados. No parece preocupar a los turistas que consiguen llegar a estas calas, que continúan su camino pensando que es poco probable que ocurra algo malo, a pesar de que ya ha habido accidentes graves en más de una ocasión. Recorrer sendas rocosas, deslizarse por laderas empinadas y hacer frente al peligro de desprendimientos compensa a la mayoría de estos bañistas con tal de disfrutar de estos paraísos tan inaccesibles de aguas limpias y arenas casi vírgenes.
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