Hostelería en Baleares: bajo la sombra de la externalización
Por Ernest Cañada, Coordinador de Alba Sud
El pasado 25 de junio patronal y sindicatos suscribieron en Palma el XV Convenio Colectivo de Hostelería de Baleares. En representación de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) estuvo presente Aurelio Vázquez, su presidente, y por parte sindical, los secretarios generales de las federaciones de hostelería de CCOO, Ginés Díez, y de UGT, Antonio Copete. El convenio afecta de forma directa a más de cien mil trabajadores y de forma indirecta a muchísimos más en una economía que ha hecho del turismo su principal fuente de ingresos. Y por tanto es también relevante para el consumidor turístico, pues la calidad del servicio está estrechamente asociada a las condiciones de los trabajadores del sector.
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El acuerdo contempla un período de vigencia de cuatro años, de 2014 a 2017, y la posibilidad de prorrogarlo otros cuatro si ninguna de las partes lo denuncia. Se establece un incremento salarial del 1,125% anual. Esta medida provocó que las patronales de las salas de fiesta y restauración se descolgaran y no quisieran firmar el convenio, descontentas también por cómo había llevado la negociación la FEHM.
También incluye como principal novedad algunas herramientas que permiten a los empresarios subcontratar a trabajadores en los meses de temporada baja (diciembre, enero y febrero) por períodos cortos, inferiores a los 12 días, sin tener que acudir a la figura del fijo discontinuo, y siempre con las mismas condiciones salariales que fija el convenio. Esto no supuso un mayor problema para las organizaciones sindicales, que valoraron su contribución a la creación de empleo en épocas del año difíciles para la hostelería.
Lo que no incluye
Pero probablemente lo más destacado de este convenio es el hecho de no incluir la batería de propuestas con las que se presentó la FEHM en la mesa de negociación a finales de enero. En unas declaraciones controvertidas los directivos de la FEHM, a la vez que anunciaron que para la patronal hotelera mallorquina 2013 había sido un año record en facturación, exigían mantener la congelación salarial. Esto fue recibido como una provocación por parte de los representantes de los trabajadores.
La propuesta de desregulación de la jornada laboral fue vista como una puerta abierta al engaño y robo. Esto medida suponía, según explicó GinésDíez en declaraciones a la Rel-UITA, “que se puedan hacer más horas de las establecidas, y que teóricamente te lo devuelvan a final de temporada, o que en lugar de librar dos días consecutivos como tenemos ahora, se libren a final de temporada. Pero sabíamos que eso sería la excepción, que en la mayoría de casos luego no pagarían nada, y después cómo demuestra uno eso”.
Modificar la figura de los fijos discontinuos fue también problemático, por cuanto se trata de una conquista de los trabajadores de la hostelería en Baleares que consideran intocable, como explica Antonio Copete: “Se adapta como un guante a lo que es la actividad turística, porque trabajan cuando vienen los turistas y acaban cuando se marchan. Y ahora lo que quieren es llamarlos a la carta, y eso no puede ser”.
Finalmente la pretensión de externalizar los servicios en los hotelestraspasó las líneas rojas. Para Ginés Díez esto implica “que las camareras de piso sean de la empresa Juanito Pérez, que los cocineros sean de la empresa Pérez García, e igual los camareros; y cada uno va a negociar por su parte, y con empresas distintas. Habría un director, que imagino que sería de la propiedad que coordinaría todo eso, y lo demás serían empresas distintas”. La externalización de este tipo de actividades supone romper con la unidad productiva del centro de trabajo y un ataque directo a las organizaciones sindicales. Hasta el momento, tal como asegura Fernando Medina, directivo de la FECOHT, en España este tipo de situaciones sólo se han planteado de modo particular, en algunas empresas, pero no en toda una comunidad y con la pretensión que fuera refrendado por las organizaciones sindicales.
Lo que estaba en juego
Este tipo de propuestas fueron recibidas como una ataque frontal por parte de las organizaciones sindicales, por cuanto suponían degradar y precarizar las condiciones laborales, y hasta último momento la amenaza de huelga general en el sector estuvo presente, lo que hubiera tenido consecuencias gravísimas para la economía balear. También fue visto como un error por otras asociaciones empresariales vinculadas a la actividad turística, como salas de fiesta, agencias de viaje, restauración o pequeño y mediano comercio, que lo calificaron de provocación y muestra de prepotencia.
El consumidor turístico si realmente apuesta por un turismo responsable debería empezar a tomar en cuenta y exigir condiciones laborales dignas de quienes le están prestando un servicio. La calidad turística empieza con un trabajo decente.
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