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El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Moisés naufraga en Venecia

El alcalde y otras 32 personas, detenidas por desviar fondos del proyecto destinado a frenar la inundación de la ciudad

Marcos Balfagón

Venecia se hunde y no solo físicamente, Desde ayer, está también un poco más hundida política y simbólicamente después de que el alcalde Giorgio Orsoni y otras 32 personas fueran detenidas por corrupción. Las detenciones han alcanzado a numerosos cargos de todo el arco parlamentario, desde el Partido Democrático al que pertenece el alcalde hasta Forza Italia. Se les acusa de haber desviado más de 20 millones de euros del presupuesto público de obras a sus bolsillos privados.

El escándalo ha hundido a los venecianos en la estupefacción. Y todo por culpa del agua. Es sabido que Venecia se hunde cada día un poco porque está asentada sobre islotes y millones de estacas que descansan en un fondo de limo.

La alarma cundió al observarse que este proceso, conocido y temido desde hace décadas, avanzaba más rápidamente de lo previsto. En concreto, el suelo se hunde a razón de dos milímetros cada año, cuando se estimaba que lo hacía cuatro centímetros... por siglo. Pero el problema no es este declive del suelo y su ligero escoramiento hacia el Este, sino el efecto combinado con el leve aumento del nivel del mar a causa del cambio climático.

La sinergia de ambos factores es lo que ha sembrado la inquietud sobre el futuro de la ciudad. Y más desde que los científicos no paran de modificar al alza los efectos del calentamiento global. Para evitar que la ciudad sucumba se ideó un ambicioso plan para construir 78 compuertas capaces de cerrar los tres grandes pasos de agua que unen la laguna de Venecia y el mar abierto. Se le llamó Proyecto Moisés, no por el personaje de la Biblia, sino por las siglas MOSE (módulo experimental electromagnético). El plan Moisés, iniciado en 2007, ha resultado ser una obra faraónica que ya lleva gastados cinco veces los 10.000 millones de euros inicialmente presupuestados y nunca ha dejado de generar polémica.

Algunos técnicos ponen incluso en duda que llegue a ser eficaz. Las compuertas deben cerrarse cada vez que la marea suba por encima de un cierto nivel, cosa que ocurre 180 veces al año. Eso significa que durante ese tiempo la ciudad de los canales puede convertirse en una ciénaga a cielo abierto. De momento, lo que parece haber provocado el plan es una cloaca, pero por corrupción política.

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