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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Nadie gana

Resultado incierto y poca movilización electoral a una semana de las elecciones europeas

La incertidumbre sobre el ganador de las elecciones se acentúa a una semana de las votaciones para el Parlamento Europeo, visto el virtual empate entre el PP y el PSOE reflejado en el sondeo de Metroscopia publicado por EL PAÍS. La encuesta había detectado una tendencia hacia la ventaja final del PP antes de las polémicas levantadas por el debate televisado del jueves y los comentarios machistas del cabeza de lista del PP, Miguel Arias Cañete. En todo caso resulta claro que no se confirma ninguna quiebra del sistema bipartidista que ha dominado la vida política española, aunque sí el desgaste de los dos partidos principales, cuya suma de votos resulta inferior en 17 puntos a la registrada en las europeas de 2009.

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Ese estado de cosas refleja la falta de decisión de los partidos para abordar el periodo electoral con mayor firmeza. El PP deseaba una campaña de bajo perfil, que le resultara suficiente para recuperar a una parte de su electorado perdido y aguantar hasta futuras convocatorias a las urnas en un ambiente económico más propicio. A su vez, el PSOE actúa bajo el peso de un proceso de reconversión interna que depende, en parte, de los resultados que obtengan sus candidatos el 25 de mayo.

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La polarización observada en anteriores citas con las urnas se está debilitando y esto favorece la fragmentación electoral. El estrechamiento del terreno de juego donde pelean los dos principales partidos beneficia a otros (IU, UPyD y algunos extraparlamentarios), que pueden sacar provecho de la indecisión y de las pérdidas sufridas por los demás.

La incapacidad de los partidos para llevar a la campaña razones que convenzan a los ciudadanos sobre la trascendencia de este proceso europeo tampoco es una buena noticia para el sistema representativo en el que se asienta la democracia. La previsión media de participación para el domingo, entre el 40% y el 43%, es inferior incluso a la registrada en las europeas de 2009. En Cataluña, donde hay una interpretación particular vinculada al debate soberanista, no se espera una participación mayor, pero al menos no será tan baja como el escueto 37,6% de catalanes que votó en las europeas de 2009. El sondeo sitúa además a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en condiciones de rebasar la fuerza electoral de CiU, lo cual representa una mala perspectiva para el Gobierno de Artur Mas.

Los candidatos a la presidencia de la Comisión Europea, a los que los españoles votan indirectamente el 25 de mayo, proponen reformas para evitar el declive de la UE. Por el contrario, los partidos políticos españoles, a los que se vota directamente, han optado por convertir las elecciones del 25 de mayo en un termómetro interno, cuando no en un ajuste de cuentas. Ya no queda tiempo para rectificar esa orientación, pero, como mínimo, tienen la obligación de redoblar los esfuerzos para devolver al ciudadano la confianza en el valor de su voto.

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