El jefe de los Clippers, tan machista como racista: "Quizás seas estúpida"
Detrás de los comentarios racistas que le han costado al propietario del equipo de baloncesto Los Angeles Clippers, Donald Sterling, la expulsión de por vida de cualquier acto de la NBA, y podrían forzarle a vender la franquicia, se esconde una actitud dominante hacia la mujer que le acompañaba a los partidos y era considerada su pareja: Vivian Stiviano, de 31 años. El extracto de la conservación telefónica revelada por TMZ Sports(puede escuchar la grabación aquí) muestra cómo el propietario de los Clippers, de 80 años, tiene un trato despectivo hacia Stiviano.
Sterling y Stiviano, que se conocieron en la Superbowl de 2010, no se habían presentado formalmente como pareja, pero el empresario afirma en la llamada: “Si hay que romper nuestra relación, mejor que sea cuanto antes”. La modelo colgóen la red social Instagram una foto con Magic Johnson, afroamericano y leyenda de los Lakers, el equipo rival de la ciudad. La respuesta de Sterling: “No traigas negros a mis partidos. No entiendo por qué no puedes admirarle en privado, durante toda tu puta vida si quieres, pero no lo pongas en Instagram para que la gente me llame”. Ella niega estar detrás de una filtración que ha hundido la carrera de su supuesto novio.
Stiviano, cuyo nombre legal hasta 2010 era María Perez, declaró ante un tribunal que se cambió el nombre porque no se sentía "plenamente aceptada" debido a su raza. La mujer asegura tener descendencia afroamericana y mexicana, algo que se ve obligada a recordar en la llamada: “¿Sabes que soy mestiza?”. Sterling responde: “No, no lo sabía”.
Rochelle Sterling, la exesposa del propietario de los Clippers, presentó una demanda en marzo asegurando que Stiviano estaba aprovechándose de la fortuna de su exmarido. La mujer, de 80 años, denuncia que el empresario había comprado a la modelo un dúplex valorado en 1,3 millones y cuatro coches de lujo (dos Bentleys, un Ferrari y un Range Rover). Stiviano es también directora de la Fundación Doland Sterling.
En su discusión, el empresario tilda a la modelo de “enemigo”, y le demanda que se “ajuste al mundo”. El núcleo de su mensaje es controlar la imagen pública de Stiviano: “Se supone que deberías ser una blanca cuidadosa. Estás faltando el respeto al mundo que ha existido antes que tú. Podrías pasarte toda la noche paseando con tus hermanas o tu familia”. También critica su origen: “Quizás seas estúpida. Te ven como una latina… Puede que no seas consciente de lo que la gente piensa de ti”. El ataque a su autoestima continúa: “¿Quién querría vivir con una mujer como tú?”
Stiviano, que introduce los silencios en la conversación, muestra en todo momento su perplejidad. “¿Me estás pidiendo que renuncie a algo que es parte de mi sangre porque creas que el mundo piensa diferente a mí? Siento no tener más amigos, ¿qué quieres que haga? Yo no veo así las cosas en mi mente ni en mi corazón”, reclama.
Cuando la conversación alcanza cualquier punto tenso, Sterling recurre a una actitud victimista. “Haces con tu vida lo que quieres cada día, tenemos un grave problema. No creo que vayamos a ninguna parte.” Cuando Stiviano le replica que no entiende cómo un hombre que está en una posición tan alta sea tenga esos prejuicios, él responde: “Dejemos de discutir, no estás usando ningún argumento positivo. No soy buena persona a tus ojos, si lo fuera no dirías esas cosas”. En un momento dado, la modelo responde con un tono especialmente dulce y, cuando Sterling emite una voz cercana al llanto, ella responde amablemente: “¿Puedo hacer cualquier cosa que te haga sentir mejor?”.
Stiviano queda superada por la actitud dramática del dueño de los Clippers. “Lo siento cariño, ojalá pudiera cambiar el color de mi piel”. Cuando Sterling le acusa de querer hacerle daño, ella vuelve a recular: “Cariño, lo siento”. Incluso cuando le sugiere que nadie querría vivir con una mujer así, ella replica: “Siento que te hayas enfadado. ¿Por qué estás tan disgustado, cariño?”.
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