Felipe de Bélgica da un golpe de autoridad
El rey cesa a un estrecho colaborador de su padre por filtrar información privada de la familia
En un país con dos reyes, tres reinas y dos príncipes —uno de ellos proscrito—, cualquier decisión real da lugar a largos y tediosos debates mediáticos. En este caso, la firmeza del pronunciamiento no ha dejado lugar a muchas interpretaciones. La destitución del hasta ahora jefe de la oficina de Alberto de Bélgica, ordenada por su hijo y actual rey de Bélgica, ha copado las ediciones de los principales rotativos belgas con un único mensaje: el monarca ha dado su primer golpe de autoridad desde que asumió el trono, el pasado julio. "El rey trata de mantener el control del palacio”, titula a cuatro columnas el diario liberal-progresista Le Soir. “Felipe reafirma claramente su autoridad”, apunta el conservador La Libre.
Felipe de Bélgica “prescindió de los servicios” de Vincent Pardoen, el más estrecho colaborador de su predecesor en el trono, tras haber filtrado a la prensa una carta en la que la reina Paola se justifica y se defiende frente a las críticas que ella y su esposo han recibido por la manera en que han afrontado la hospitalización del tercero de sus hijos, el príncipe Lorenzo. Paola y su marido se hallaban de vacaciones cuando el príncipe fue ingresado, pero no regresaron a Bruselas. Cuando acudieron a la clínica, Alberto —siempre según la prensa belga— ni siquiera entró a la habitación en la que el benjamín de la Casa Real (de 50 años) convalece desde hace más de dos semanas.
El jueves, la publicación del texto de la carta en el diario francoparlante Sudpresse desató todas las alarmas en la casa real belga, marcada por la tensión entre sus miembros en los últimos tiempos. Esta circunstancia fue aprovechada por Felipe para dar un golpe encima de la mesa con un escueto pero contundente comunicado: “El Rey ha decidido nombrar al capitán de fragata Peter Degraer jefe de la Casa del rey Alberto. Sucede al teniente general de aviación Vincent Pardoen, que ha sido relevado de sus funciones”. Fuentes cercanas al monarca consultadas por La Dernière Heure han calificado el comportamiento de Pardoen, que llevaba 36 años ligado a la Casa Real, de “impropio para la institución”.
En esta misma línea se expresa el historiador y experto en asuntos relacionados con la monarquía Vincent Dujardin. “Hay unanimidad sobre la decisión tomada: el comunicado no tiene precedentes y ha sido completamente inoportuno”, afirma en conversación telefónica. "Desde el momento en que se hace pública la vida privada de los miembros de la casa real, ya no puedes quejarte del tratamiento que los medios hagan de la intimidad de los monarcas”.
El detonante de la destitución de Pardoen y la actitud distante de los reyes Alberto y Paola con el menor de sus tres hijos, vuelve a traer a primera línea al controvertido príncipe Lorenzo. Casi tres años después de ser apartado de la agenda oficial por sus padres tras haber protagonizado importantes escándalos —broncas en aviones, malversación de caudales públicos, desplantes y salidas de tono en público y hasta un lamentable episodio de violencia machista—, el díscolo vástago real fue ingresado el pasado día 18 en una clínica de Bruselas aquejado de una “crisis de fatiga”. Según informa Le Soir en su edición del lunes, su recuperación marcha a buen ritmo.
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