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EL ACENTO
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La fiesta restringida del arte

El mercado de la pintura batió récords en 2013, pero las ventas se concentraron en autores consagrados

SOLEDAD CALÉS

La firma de subastas Christie's vendió en una sola tarde, en su sede de Nueva York, obras por valor de 443 millones de euros. Fue un récord mundial que se registró el pasado 12 de noviembre. Así se empezaba a cerrar un año en el que el arte batió todas las marcas, moviendo la asombrosa cifra de 8.737 millones de euros y confirmando, una vez más, que la crisis no afecta al sector del lujo. Este, como bien han señalado las estadísticas, ha seguido progresando año tras años a un ritmo a veces de hasta el 25%. El arte como objeto de lujo sigue, por tanto, la misma línea y se convierte en un valor refugio para las grandes fortunas.

En 2013, el mercado del arte ha conocido una vitalidad sin precedentes, pero la suya ha sido una fiesta restringida. No todo el arte ha vivido la misma bonanza y no todos los aficionados a él lo han disfrutado de igual manera. El número de transacciones se ha multiplicado, cierto, pero las ventas se han concentrado en los autores consagrados, en los de siempre, y los intermediarios han sido casi sin excepciones las grandes casas de subastas.

Un rasgo esencial de este récord es el desproporcionado aumento de los precios. En una década, han subido en un 38% en el caso de los grabados y en un 185% en el caso de los dibujos. Pero la pintura se consolidó como la estrella del sector y destacó la venta del tríptico Tres estudios de Lucian Freud de Francis Bacon, que se adjudicó por 104 millones de euros. La concentración de riqueza es tan elevada que entre las diez obras más caras del año, incluida la de Bacon, se recaudaron el año pasado casi quinientos millones de euros. Ninguna novedad entre los autores: Pollock, Warhol, Basquiat, Rothko...

Tales cifras conviven con el drama de artistas y galeristas que a duras penas se mantienen en el mercado. Con un IVA del 21%, durante el año pasado, la red española de coleccionistas sufrió los embates de la crisis hasta temer por su supervivencia. La crisis ha reducido el número de potenciales compradores y el IVA era un obstáculo que desviaba las transacciones hacia otros países. El Gobierno español ha reducido el IVA del arte. Así, los que compran arte no tendrán que gastar en viajes.

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