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La segunda vida de Nigella Lawson

Tras protagonizar un sonado divorcio del galerista Charles Saatchi y de que saliera a la luz su adicción por las drogas, la famosa chef televisiva vuelve a empezar

Nigella Lawson, en una de las fotografías de la sesión de fotos de 'Vogue UK', en su número de abril.
Nigella Lawson, en una de las fotografías de la sesión de fotos de 'Vogue UK', en su número de abril.VOGUE

La chef Nigella Lawson quiere que el mundo la perciba desde una nueva luz y sus amigos de la revista Vogue, en la que ha trabajado durante años como columnista especializada en gastronomía se lo han puesto en bandeja. La ex del millonario galerista Charles Saatchi aparece en la portada del número de abril con apenas unos toques de maquillaje, bella, delgada y jovial a sus 54 años, dispuesta a volver a empezar. “Me aterrorizaba que me hicieran fotos sin maquillaje. Odio que se hable del aspecto que tengo. Siempre me da la sensación de que cuando me conozcan en persona defraudaré”, confiesa en una revista en la que, sin embargo, ha conseguido aparecer como la imagen de la frescura, de quien quiere hacer borrón y cuenta nueva y dejar atrás uno de los episodios más difíciles de su vida.

O, al menos, eso es lo que parece transmitir, aunque desde diferentes medios británicos se subraye que, para conseguir ese look tan natural, en realidad Lawson ha tenido que someterse a una intensa sesión de maquillaje. También se especula con que haya habido una larga sesión de Photoshop. Pero, con o sin truco, lo cierto es que la chef ha utilizado la revista como plataforma para lanzar su mensaje: el pasado ha quedado atrás y soy una mujer nueva, atractiva y sexy, con muchos y nuevos proyectos.

Este reportaje llega siete meses después de que Lawson firmara su divorcio de Charles Saatchi, uno de los coleccionistas de arte británicos más destacados, tras diez años de matrimonio y depsués de que este admitiera a la policía haber agredido a su mujer, mientras se encontraban en la terraza de un restaurante de Londres. Luego llegó su paso por los tribunales para enfrentarse a sus antiguas asistentes Francesca y Elisabetta Grillo, que se transformó en un juicio público en el que salieron a la luz todo tipo de intimidades.

Nigella Lawson tuvo que reconocer que tomó cocaína, unas veces por caridad (porque su primer marido se estaba muriendo y ella lo acompañaba a drogarse) y otras veces por desesperación, porque su relación con el multimillonario y marchante de arte Charles Saatchi, que se convirtió en su segundo esposo, no funcionaba. También tuvo que hablar de su adicción a los porros y de las intimidades de su relación con Saatchi, a quien acusó de haberla amenazado varias veces si no volvía con él tras su separación. Fue un episodio que la desgastó emocionalmente y que supuso el colofón a una durísima temporada que había arrancado con una bronca pública con él y el subsiguiente divorcio.

La portada de la edición de abril 2014 de la revista 'Vogue'.
La portada de la edición de abril 2014 de la revista 'Vogue'.VOGUE.CO.UK

“Es realmente mortificador que toda tu vida se exhiba de forma pública”, dijo durante la primera entrevista que concedió en televisión tras un juicio del que además salió como perdedora: sus asistentes fueron declaradas inocentes de haber despilfarrado casi un millón de libras de los Saatchi en gastos personales. Ellas decían que era el pago que ella les daba por mantener en secreto de sus adicciones. Y el juez les dio la razón.

En la entrevista de Vogue, que sale a la venta hoy en Reino Unido, Nigella Lawson, que goza de un éxito notable en su país gracias a sus libros de cocina y los programas de televisión gastronómicos en los que participa, insinúa que su vida puede estar a punto de dar un giro más allá de los fogones. “Amo lo que hago, pero hay otras partes de mi cerebro que no están siendo estimuladas profesionalmente”, admite. “A veces pienso que he dejado un poco abandonada la parte más analítica de mi cabeza. Me gusta escribir sobre comida, pero hay muchas más cosas que me interesan”. Y añade, a modo de adelanto: “He estado trabajando en una aplicación que, en el caso de que funcione ,será muy emocionante”.

Mientras tanto, quien sí ha reconstruido su vida es Francesca Grillo, quien fuera la asistente predilecta de Lawson. Tras el juicio en el que aquella relación laboral y de amistad de más de 10 años se agrió hasta convertirse en patéticas acusaciones de drogadicción contra Lawson, Grillo ha decidido aprovechar sus 15 minutos de fama para lanzar un proyecto con el que en cierto modo le hará la competencia a su antiguo jefe. El próximo mes, la exdemandante inaugura la galería de arte Laissez Faire Art, que ha montado junto a otra exempleada de Lawson y Saatchi, Sharrine Scholtz, que fue asesora financiera de la pareja y una de las pocas trabajadoras que declaró en el juicio a favor de las hermanas Grillo.

“Cualquiera que hable en contra de la Saatchi Gallery entra de facto en una lista negra y ya no podrá trabajar en el mundo del arte”, declaró entonces Scholtz, quien, además, añadió que estaba consciente de estar cometiendo un “suicidio profesional” por declarar a favor de las Grillo. Resulta bastante obvio que Scholtz y Grillo han decidido escapar de esa lista negra abriendo su propio negocio de arte y, por si eso no bastara, una de las primeras artistas que expondrán en su galería será Tessa Farmer, que actualmente exhibe algunas de sus obras en la Saatchi Gallery. “Nuestro objetivo es crear un ambiente que lleve al visitante a entender qué motivación hay detrás del artista para hacer una obra”, han dicho ambas. Grillo además contó en una entrevista que ella siempre hablaba con Saatchi de arte y aprendió mucho de él, así que seguro que no le extraña la iniciativa. Lo que será difícil es verlo a él o a Lawson paseándose por la flamante galería.

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