La emergencia fantasma
Girl in front of destroyed homes in Ngaoundaye, Central African Republic. © Pierre Holtz | OCHA
Trabajo en una organización grande, “una de las grandes”, una confederación de 17 afiliados, presente en más de 90 países. Cada quincena recibo en mi correo un resumen de las emergencias en las que estamos involucrados. Emergencia: “Situación fuera de control que se presenta por el impacto de un desastre“. Cada quince días ese email me recuerda que vivo en un micromundo lleno de privilegios que pasan desapercibidos por la mayoría de mis cohabitantes.
Una de las cosas que más duele de este email es que también evidencia el poco interés que estás tragedias masivas tienen para otros que no sean los que trabajamos en esto. Muy poco de lo que recibo en el correo se encuentra en los medios. Algún artículo aquí y allá, alguna mención en la radio, una “cola” en algún telediario. Información deslabazada que desdibuja la magnitud y la crudeza de lo que se está viviendo allí. Pero cualquiera se atreve a dedicar espacio a estos temas cuando el consumidor de información está cansado de “tantas desgracias” y castiga con su indiferencia a este tipo de contenidos, por lo menos en este tipo de soportes.
Esta última quincena, la actualización habla de 8 grandes emergencias activas en estos momentos. Tres de ellas Siria, RCA, SS, son guerras civiles, cruentas, durísimas. Hablando con el escritor Martin Caparros me comentaba que creía que no interesan por que no tienen buenos o malos. El no tener buenos hace que la atención pública disminuya mucho, porque esto al final es como el futbol, tienes un equipo al que animar pues el tema te interesa más. Y a falta de buenos también nos vale alguno muy malo, tipo Kony en Uganda (como bien supieron identificar los de la organización Invisible Children Inc cuando sacaron las campañas Kony2012 hace ya dos años). Pero así malos malos, de esos únicos que podamos demonizar, no hemos encontrado ninguno. Ciertamente, creo que tampoco hemos trabajo el concepto (Hay que señalar que al sector de la ayuda al desarrollo en general no le gustó mucho el enfoque de Kony2012, distorsionaba la “realidad”, a esa realidad que durante muchos años no había interesado a nadie. De nuevo aquí el conflicto entre la rigidez de la narrativa del sector, tan purista, y la necesidad de llamar la atención de la opinión pública). Estos tres conflictos suman millones de muertos y afectados. Por poner alguna cifra en la RCA, de la que apenas se habla, se estima que necesitan ayuda urgente más de dos millones y medio de personas.
Estas tres guerras son las responsables de migraciones masivas. La población de estos países no participa de forma mayoritaria en estos conflictos, sino que más bien se ven atrapados en ellos. Los más fuertes y más afortunados consiguen abandonar el país y se convierten en refugiados. Los refugiados no poseen nada, lo han dejado todo atrás. Sus casas con la mayoría de los bienes materiales dentro. Tienen que huir con lo mínimo. De esta guisa aterrizan en un país que no es el suyo, donde probablemente no hablen ni siquiera el mismo idioma. No tienen nada ni posibilidades de conseguir trabajo ni recursos en el medio plazo. El pasado 27 de enero la cifra de desplazados por el conflicto de Sur Sudán se elevaba a más de medio millón de personas en menos de dos meses de conflicto. La RCA lleva más de 800.000. Los desplazados de Siria no se saben con certeza pero si se confirma que superan con creces los 2 millones de personas. Y estas cifras no incluyen a los emigrantes en esos países que retornan a su país de origen en las mismas condiciones de precariedad que los refugiados. Estos desplazados constituyen una emergencia es si misma que se localiza en los países limítrofes a los conflictos. Los puntos más calientes para mi organización ahora se encuentren en Uganda, RDC y Chad donde se está atendiendo a miles desplazados para que puedan sobrevivir. Con estas tres ya van seis.
La quinta emergencia es una vieja conocida. Lleva tanto tiempo abierta que resulta imposible de “vender a los medios” por su falta crónica de actualidad. Ahora parece que se está animando un poco y el pasado 3 de febrero Naciones Unidas avisó de que es urgente movilizar fondos para hacer frente a una posible gran crisis alimentaria el norte de Mail. Más de 800.000 personas necesitan asistencia alimentaria inmediata y hay más de 3 millones de personas en riesgo. Sahel “strikes again”. Es un “dejà vu” que nunca dejará de serlo.
Y cerramos la lista de emergencia con Filipinas. Por lo que aparece en los medios se diría que ya no hay crisis, pero nada más lejos de la realidad. Si bien es cierto que el periodo de emergencia se está acabando, el hecho de que el gobierno filipino no cumpla sus compromisos con la población deja a cientos de miles de personas desprotegidas en punto de vida o muerte.
En realidad no es sorprendente que el tema interese tan poco, Filipinas era uno de los países más pobres del mundo antes del tifón, y ahora sigue en la cola de la riqueza, igual que antes, pero peor.
Muy malo sobre muy malo es muy malo igual. No puede ser peor aunque lo sea.
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